“Se confunde la cultura con el espectáculo”
El poeta Orizon Perdomo Guerrero, es del Huila y desde hace muchos años es el director del Centro Cultural Gabriel Betancourt Mejía y de los programas de extensión cultural de la Universidad Pedagógica Nacional. En diálogo con DIARIO DEL HUILA se refirió a la educación y la cultura.

Maestro, Usted ha dedicado toda su vida a la docencia. ¿Cree que en todo este mundillo de la política hay un espacio considerable para la educación?
Por fortuna mi formación recibida en la Facultad de Humanidades, en el Departamento de Lenguas de la Universidad Pedagógica Nacional, me dio las competencias y habilidades para desempeñarme en el sector educativo, particularmente en las instituciones de educación superior en el ámbito administrativo académico y de la gestión cultural.
Asumo como retribución y contribución a la Universidad Pedagógica, por la formación de pregrado y posgrado recibida, la posibilidad de adelantar en dicha institución, , el diseño y gestión a la vez de las políticas culturales institucionales, los proyectos y programas en el ámbito de lo que allí denominamos Extensión Cultural, en lo que bien podríamos llamar: gestión y animación sociocultural como política pública cultural para el sector universitario, en el marco de los ambientes del bienestar universitario.
¿Cuál es el enfoque del programa de extensión cultural?
Esta ha sido una tarea muy comprometida con la participación de los distintos actores de la vida universitaria, y de manera puntual orientada a la formación de valores, a la ampliación de los horizontes académicos y culturales de los futuros educadores de la niñez y de la juventud colombiana, y con gran relevancia en la formación estética de los estudiantes como una perspectiva ética de su propia existencia con la capacidad de producción en los distintos ámbitos y expresiones del orden estético y simbólico.
Todo el trabajo cultural desarrollado en la Universidad Pedagógica Nacional a través de Extensión Cultural, constituye permanentemente una reflexión sobre la educación artística, sobre la educación desde el arte y lo estético, tendiendo desde una perspectiva pedagógica a la sistematización de toda esa arquitectura conceptual que nos permita elaborar nuevas concepciones y asumir las experiencias estéticas como las más aportadoras manifestaciones de nuestros imaginarios y potencialidades para desarrollar una vida más digna, solidaria, autónoma, incluyente e independiente, para que sea en esencia la manifestación de nuestra sensibilidad como una ética de la existencia.
La gestión y animación sociocultural en la Universidad Pedagógica Nacional está orientada para contribuir a la consolidación de las prácticas pedagógicas que se desarrollan desde los distintos programas académicos de la Universidad con una perspectiva artística en la formación de los profesionales de la educación y demás agentes educativos en todos los niveles y modalidades del sistema educativo, en la formación de personas integrales, seres humanos sensibles, educadores con vocación, ciudadanos comprometidos, profesionales serios, todos asumiéndose como trabajadores de la cultura en un marco de convivencia y de respeto por los derechos humanos y la diversidad cultural.
Igualmente considero fundamental - y esa es una apuesta de la política cultural que he diseñado y ejecutado al interior de la Universidad Pedagógica - que la formación inicial y avanzada de los educadores debe tener un componente de educación en lo cultural y sus múltiples expresiones artísticas, que permita su formación integral y ampliar su visión de que la educación es también un importante, sino el más, valor cultural de la sociedad. Esto sin duda mejorará la formación ética y estética de la profesión más noble del planeta: la del educador, y traerá efectos muy positivos en la formación de sus educandos.
Estos aspectos han hecho posible la consolidación de 8 áreas de gestión y animación socio cultural, 6 escenarios para festivales y encuentros del orden local, nacional e internacional, 9 espacios para encuentros académicos como cátedras doctorales, seminarios , simposios, entre otros aspecto, 16 semilleros de creación artística y cultural, 25 grupos artísticos representativos de la institución, 4 ensambles escénicos musicales con mas de 150 artistas en cada producción que se han presentados en los teatros culturales más importantes de Bogotá como el Jorge Eliecer Gaitán, el Teatro de Colsubsidio y el Teatro Jorge Enrique Molina de la Universidad Central. Igualmente se ha impulsado el desarrollo de programas de educación continuada con la realización de 10 diplomados realizados con el Ministerio de Cultura, la Secretaria de Cultura del Distrito Capital, Idartes y Extensión Cultural U.P.N. en las áreas de narración oral, narración oral y lenguaje escénico, narración oral clown taketina y performance, dirección de teatro de títeres, teatro de circo y danza contemporánea.
Esta políticas han logrado impactar durante el periodo comprendido entre el segundo semestre del año 2003 al primer semestre del año 2014 a 22.175 inscritos, con una participación de 18.874 estudiantes, 1.681 familiares, 716 egresados, 216 funcionarios, 130 contratistas y 105 docentes, programas que son totalmente subsidiados por la Universidad, es decir actividades que se desarrollan gratuitamente.
Estas realizaciones nos permiten celebrar a la fecha 10 AÑOS de gestión y animación sociocultural, en el marco de una política institucional incluyente denominada: Participación, calidad y compromiso en la gestión cultural.
Respecto del mundo de la política, resulta lamentable el vacío de liderazgo en la perspectiva del agenciamiento del conocimiento, de elaboración de propuestas y estrategias conducentes a la reivindicación de la educación como un capital cultural y social, con un sentido y una ética de lo público y con la capacidad de atender universalmente a todas las poblaciones y regiones en condiciones decorosas, con la infraestructura física, técnica, tecnológica, con los escenarios y recursos financieros necesarios para hacer de la educación la garante de futuro de este país y la constructora de democracia y cultura.
Seguimos siendo los últimos en las pruebas internacionales de educación PISA, ¿Será que toda la responsabilidad es del sistema educativo o hay un porcentaje de culpa de los docentes?
Las últimas pruebas PISA, aplicadas en el 2012, reflejan los resultados de estudiantes que se formaron durante los últimos 15 años anteriores a 2012. Así que esta sería una pregunta ideal para quienes durante los anteriores dos gobiernos fueron los responsables de definir políticas de mejoramiento de la calidad de la educación ya que todo parece indicar que las mismas condujeron a la crisis, a la baja de calidad y al fracaso.
La concentración de la política educativa en el tema de la cobertura descuidó problemas esenciales como el conocimiento de los entornos para el desarrollo de políticas útiles y efectivas que resolvieran los problemas, los interrogantes, las demandas, los sueños y los imaginarios de las regiones.
Así se infiere que la responsabilidad de los resultados de estas pruebas internaciones es de todos los actores del sector educativo, más de unos que de otros.
No obstante, echar la culpabilidad exclusivamente a los docentes, me lleva a señalar que la mordaza al magisterio colombiano y a sus gremios, el desconocimiento de las comunidades, de los padres de familia y esencialmente de los intereses y sueños de los estudiantes, sumió en la desesperanza a los colombianos y a las comunidades educativas y truncó toda posibilidad de diálogo fructífero para el mejoramiento de la calidad de la educación en todos sus niveles, truncó el diálogo en pro del reconocimiento y consolidación de un verdadero estatuto de profesionalización del docente como trabajador de la cultura y como constructor de conocimiento, de tejido social y de convivencia en pro del cambio y del desarrollo social. Fue lo que se puede denominar la década perdida, el gobierno de las puertas cerradas en manos de la tecnocracia intolerante y neoliberal radical. El Estado aún no ha podido saldar la deuda histórica que tiene con la educación pública del país en todos los órdenes, en el presupuestal, en el de las infraestructuras, en el de la democratización, es decir la gratuidad, el de garantizar una educación con dignidad que más allá del acceso, que garantice su terminación y la continuidad en estudios posgraduales con unas políticas solidas de bienestar.
Entiendo que Usted es el Director del Centro Cultural Gabriel Betancourt Mejía de la Universidad Pedagógica Nacional y de los programas de Extensión Cultural, ¿Qué le hace falta a la política cultural del Estado?
Que exista una voluntad política, que reconozca las políticas culturales que hemos diseñado y venimos implementando, en el sentido de que su reconocimiento se constituya en la objetivación de una política pública cultural universitaria con un presupuesto específico, con un centro de costos propio, con unos escenarios decorosos para dar cabida a las diversas manifestaciones académicas, educativas, pedagógicas, intelectuales, artísticas, culturales y estéticas, que garantice la movilidad académica y cultural, que patrocine las diferentes manifestaciones académicas, artísticas y culturales, que propicie su socialización, publicación, puesta en escena y circulación. Hace falta voluntad política para brindarle alas a la cultura y también toda la autonomía osible.
Con todas las dificultades y carencias nuestras políticas han merecido el reconocimiento como experiencia significativa por parte del Sistema Universitario Estatal SUE, y acreditación de pares académicos internacionales como lo son los conceptos emitidos por el Doctor Carlos Francisco Mazzola de la Universidad Nacional de San Luis de la República de Argentina, especialista en política pública educativa y por los Doctores Walter Cenci y Miguel Lorefice de la Unidad Académica de Artes de la Universidad Nacional de San Martín, Argentina, quienes nos consideran un ejemplo de extensión académica para las instituciones universitarias Latinoamericanas.
De otra parte la alcaldía de Bogotá, la Secretaría de Cultura e IDARTES, nos han otorgado placa de reconocimiento por los aportes que hemos hecho al movimiento colombiano de narración oral durante 25 años y La Secretaría de Movilidad y la Dirección de Seguridad Vial, nos han otorgado reconocimiento por los aportes a la construcción colectiva de la Movilidad Humana y Seguridad Vial del entorno de la Ciudad de Bogotá.
Por la calidad de nuestro trabajo cultural y la excelencia de los ensambles escénicos musicales la división de recursos de la Universidad Pedagógica Nacional nos ha dedicado 5 programas especiales de televisión en el programa institucional Historias con futuro.
Hablando de cultura, usted es un admirador de San Agustín, parte de su obra está inspirada en este bello lugar. ¿Por qué es necesario visitar este parque, aunque sea una sola vez en la vida?
Hay que visitarlo y revisitarlo, por que la cultura megalítica el alto magdalena, representada en el Parque Arqueológico de San Agustín como patrimonio cultural de la humanidad, representa para los agustinianos y los colombianos la más significativa seña, huella y testimonio de identidad.
Por ser y el patrimonio cultural mas significativo que nos identifica ante la cultura nacional y las de las naciones del mundo, con nuestros rasgos distintivos y nuestras mito poéticas, materia de perenne interacción, interrogación, diálogo e interpretación, cada visita es la recreación de unas historias, unos mitos, unos enigmas en permanente gravitación en nuestros imaginarios, en nuestra sensibilidad, donde se articulan las formas de vida de los antepasados, sus rituales, sus cosmogonías, la manera de proyectarse en sus utensilios, vestuarios, las formas expresivas de rituales, del habitar el mundo y las formas de relacionarse con los animales, con el cosmos y con el paisaje.
A veces siento que usted es demasiado generoso con sus versos sobre San Agustín, ¿Qué tiene este cementerio del sur?
Nunca será demasiado generoso volver los ojos sobre los orígenes, sabiendo hoy más que nunca la significación que tiene la cultura megalítica del alto magdalena para la cultura universal. Mi vida esta condensada inicialmente allí, como una especie de fundación, pues es el lugar donde nací, donde di mis primeros pasos, conde crecí física y espiritualmente de la mano de mi madre maestra de escuela que no ha dejado de ejercer su eterno y comprometido magisterio, y también fue el lugar del éxodo, de la soledad, de la orfandad, la pobreza, la violencia y del llanto, fue el lugar del conocimiento de una naturaleza plena, el lugar que me regalo un patrimonio cultural incalculable que aun me mantiene en el asombro y que me suscita múltiples imágenes, interrogantes y diálogos.
Por eso mi más reciente libro, publicado por la Universidad Pedagógica, titulado: Ceremonial de las Ausencias. Poema del Alto Magdalena. Es un volver a los orígenes, volver a la tierra, es un diálogo en la distancia, un volver a recorrer la casa, las veredas, el parque, desde las ausencias, desde esa borrosa patria en que se constituyen los sueños, la nostalgia, el paraíso perdido.
¿Por qué sigue siendo tan difícil hacer cultura en Colombia?
Por que ha tenido una clase política que confunde cultura con el espectáculo y el entretenimiento. Porque como dice Octavio Paz, se parecen al mercado que es cruel y circular, y les interesa más el precio que los valores. Porque quienes dirigen las políticas han restado importancia a la educación, a la formación, a la creación, a la formación estética, a la formación ética que no es otra cosa que una estética de la existencia.