jueves, 11 de septiembre de 2025
Cultura/ Creado el: 2016-09-19 11:04

Óscar Torres y las poéticas de una profesión: La fotografía de bodas

Óscar Torres es diseñador gráfico, publicista y fotógrafo neivano. En el 2013 funda la empresa De la Torre Fotografía. Es incluido por un jurado internacional en el TOP.10 de los fotógrafos de bodas más importantes del país.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | septiembre 19 de 2016

Además de esta distinción, Óscar ha participado en diversas exposiciones entre las que se destaca la Bienal Internacional Fotográfica de Bogotá. Por otra parte, fue Director de Fotografía de la película colombo-española y el documental Los Papelípolas. En la presente entrevista habla de sus logros, de la fotografía de bodas como género y de su pasión incondicional por la imagen.

Foto de portada y entrevista: Jáder Rivera Monje

 

Óscar, durante más de diez años fuiste publicista, diseñador gráfico y hasta director creativo asociado a tu propia Agencia de Diseño. En el 2013 creas la empresa De la Torre Fotografía y en tan sólo tres años te conviertes en uno de los diez mejores fotógrafos de bodas del país, ¿cómo lo lograste?

Lo primero fue una firme decisión. Yo venía de trabajar en publicidad por más de una década. Un día, luego de considerar el amor por la fotografía y la felicidad que me proporcionaba, dejé mi antiguo trabajo y me dediqué por completo a las imágenes. Con esta claridad y con el apoyo de mi esposa e hijo me entregué con pasión, aprovechando el tiempo y dinero disponibles. Y ese fue el génesis de todo. Empecé de cero, pero con mi familia… de hecho, el logo símbolo de mi empresa es una efigie formada a partir de los rostros de perfil de los tres integrantes de mi familia.

Lo segundo ha sido la capacitación de calidad y constante. He cursado talleres presenciales y virtuales. También he viajado por Colombia y aprendido mucho en esos viajes. Siempre aprendo de aquel que me pueda ayudar a mi formación no solo como fotógrafo de bodas sino como fotógrafo en general. Invertir en capacitación marca la diferencia. Uno invierte en uno y en su negocio para ser más competitivo. De lo contrario, la competencia lo devora.

Lo tercero ha sido rodearme de gente que me ayude a formar no solo a nivel fotográfico sino a nivel humano. Hoy tengo el lujo de tener como amigos que, además de ser algunos de los mejores fotógrafos del país, son también las mejores personas que conozco.

Lo cuarto, sin lugar a dudas, ha sido no quedarme en lo confortable. Siempre busco experimentar, cometer errores, arriesgarme al ridículo, probando cosas que me quedan grande pero expandiendo así mis límites y posibilidades. Busco fotografiar hasta un huevo frito ¨con arte¨, compartir lo que he aprendido, invertir, perder, ganar, dar... En otras palabras, se trata de inhalar la vida y exhalar amor, felicidad y fotografía.

 

La fotografía de bodas es un reportaje gráfico que exige una enorme destreza técnica y aguda observación para contar lo que está sucediendo. ¿Cómo te preparas y cómo llevas a cabo esa tarea de contar a través de imágenes un acontecimiento tan emotivo y trascendental para los novios como para sus familias?

Durante el día de boda tengo mantra, un grito de guerra, un pensamiento recurrente que me dicta mil veces: ¨Es el día más importante hasta el momento en la historia de esta pareja. Me eligieron a mí entre cientos para darme la responsabilidad histórica y el honor de capturar un legado visual que transcenderá generaciones, no puedo defraudarlos, debo exigirme, debo superarme, debo darlo todo!¨.

Luego de esto, diría que es una preparación cuasi-psicológica, existe un aspecto técnico y otro artístico, que sé nunca debo descuidar. A nivel técnico siempre llego a una boda con todos los equipos que estime necesarios, listos y probados (más un backup de los mismos por si los primeros fallan). A una boda no se va a ensayar equipos. Se va a trabajar. Así me preparo, con un checklist y mi hemisferio cerebral izquierdo imperante.

Cuando llega el momento de las tomas me convierto en el hijo pródigo de Cartier-Bresson tratando de alinear mis ojos con mi corazón para captar la belleza del momento que no se repetirá. Yo me entrego todo, me tiro al piso y me ensucio si toca, me subo a sillas que no debo, hago de barman, de psicólogo y decorador, me meto al mar y mojo las cámaras hasta que huelen a quemado, me cambio tres veces de camisilla por el sudor, prendo luces en donde no debo, se me olvida comer, me hago jalar las orejas del cura por confianzudo, rompo pantalones por meterme a donde no debo, soporto parado disparando hasta encalambrarme de pies y dedos de manos. Soy lo que haga falta, soy un escritor visual, un escriba que no parará ese día de esforzarse por entregar lo mejor de su caligrafía.

 

He visto en algunas fotografías de bodas cierta “intromisión” en la vida privada de los novios y las familias. El ingreso a las habitaciones donde se viste la novia, por ejemplo, y la captación de momentos muy emotivos y privados que acaso no deberían ser registrados. ¿Qué piensas de esa “intromisión”?

Entiendo la intimidad y la privacidad como diferentes aspectos profundos de una persona o grupo y creo que ni siquiera van de la mano. Mi fotografía se esmera por capturar cada momento íntimo y respeta profundamente lo privado, así mismo, aclaro que el derecho a capturar lo íntimo no me otorga el derecho a divulgarlo -en redes sociales por ejemplo-. Entiendo la responsabilidad de capturar los recuerdos de ese día como algo más grande que yo, por eso me esmero por ser omnipresente en cada momento íntimo importante para la historia de la pareja, aunque soy tímido por naturaleza.

Las parejas que me quieran en su boda deben compartir esa visión acerca del tipo de recuerdo que quiero lograr para ellos, es por eso que me aseguro siempre de que antes de contratarme nos conozcamos un poco al menos, y hablemos con calma, así sea por móvil o Skype. Así mismo, la pareja debe haber visto al menos uno o dos de mis reportajes de boda completos (200 a 500 fotos por boda). Ya para ese momento, es obvio que ellos también han notado esa ¨intromisión¨ de la que hablas, pero al contrario de lo que planteas, no les molesta y al igual que yo les encanta ver eso en las fotos. Previo a la boda está la preboda, que es una sesión fotográfica que más parece un paseo entre amigos. Allí se continúa formando un gran vínculo con la pareja.

Y así es como me dejan acercarme tanto el día de la boda, pues a los momentos íntimos uno es invitado y aceptado, contrario a la intromisión que irrumpe con violencia el espacio de ¨el otro¨ e irrumpe el desarrollo natural de las acciones. La intromisión transforma en superfluos los momentos, mientras que la intimidad con la pareja y su familia hacen que las expresiones profundas del alma afloren. De hecho, para ser sincero sé que solo desde la intimidad es que puedo cumplir a cabalidad con el cometido principal de mi oficio, que es preservar los sentimientos de ese día en su más pura esencia. Cada persona al ver sus fotos de boda debe verse sumergida de nuevo, no solo en los recuerdos sino en la evocación de los sentimientos. Un buen reportaje de bodas debe colmar el alma de amor, felicidad y esperanza en el futuro, no tan solo llenar la mente de recuerdos de un pasado cada vez más lejano.

Tengo la firme convicción de que cada foto que transmita la intimidad de esa pareja y su familia -quizás no lo sepan en ese momento- será el mayor legado que puedan dejar a sus hijos y nietos. Es un legado de amor.

 

 

La fotografía de bodas actual no se limita al registro de la ceremonia religiosa y la posterior celebración. Incluye una sesión previa denominada “Preboda” y hasta una “Postboda”. En estos dos últimos registros, el paisaje se sobredimensiona hasta convertirse protagonista. ¿Por qué el paisaje? ¿De dónde viene esa tendencia?

Creo que la tendencia fotográfica de incluir el paisaje en las fotos nace del placer humano de viajar y verse a su vez fotografiado en ese territorio nuevo que se despliega ante sus ojos. Ahora imagina que a toda esa emoción de descubrir un nuevo lugar se suma el hecho de que la persona que amas va feliz de tu mano. ¿Acaso existe algo más romántico que un paseo al atardecer por la orilla del mar al lado de tu pareja? O existirá una aventura más emotiva que escalar un estoraque o una duna del desierto para justo en esa altura desértica, levantarte para darle un beso a tu pareja mientras los colores naranja y ocre estallan en el cielo, a tus espaldas, como celebrando el amor? Está claro que, pese a todas las diferencias entre las parejas, a todos nos encantaría perdernos con esa persona especial en un mágico y personal paraíso.

Por eso en las fotos de pareja, el paisaje ya trasciende lo descriptivo y entra a ser simbólico, fabuloso, un protagonista más, se convierte en el contexto sin igual de un día perfecto. Es el marco magistral para un amor único en el mundo, ese día el paisaje ni siquiera es real, pues se convirtió en el lugar fantástico que guardará por siempre un sueño de amor de dos. En fin, creo la tendencia a sobredimensionarlo es porque de hecho es muy importante en el desarrollo de la historia de amor que se narra. Tan es así, que las parejas hoy día prefieren regalarse ese recuerdo, ese descubrir juntos un nuevo lugar en vez de una gran fiesta multitudinaria.

 

Apropósito de la historia de amor que se quiere contar en las fotografías, en las sesiones de “Preboda” y “Postboda” la actitud y el diálogo gestual que entablan los novios refuerzan la idea de un mundo encantado, de un paraíso. ¿Hay una solicitud expresa de los novios de mostrarse como protagonistas de ese cuento de hadas? ¿No hay en ello cierto cliché aprendido de revistas de farándula y la realeza?

Los novios NO solicitan verse como protagonistas de un cuento de hadas, ellos saben que lo son. Así que simplemente se dedican a buscar un fotógrafo que lo entienda y lo evidencie en las fotos de la manera que ellos lo desean. Buscan resultados y también afinidad y simpatía con el fotógrafo. Actúan igual que un director de cine que, teniendo la historia de amor y los personajes, buscan a un director de fotografía (Fotógrafo de Bodas) porque le encantan sus encuadres atrevidos y originales, sus atmósferas de color y su modo de tratar la luz, sus composiciones, incluso la calidez profunda y humanidad que se respira en cada retrato.

Y sí, apoyo lo que dices acerca de que las narrativas visuales modernas en las prebodas y postbodas obedecen a ciertas tendencias importadas, sobre todo del cine. Pero no veo nada de malo en ello. Me encanta y creo que es parte de un sentimiento genuino, a fin de cuentas a quien no le gustaría sentirse protagonista de una historia de amor inmortal? ¡A mí de hecho me encantaría!

 

¿Qué haces cuando tienes una idea “maravillosa” para hacer las fotos y los novios no quieren colaborar?

En una preboda o una posboda no suele haber nunca un “no”. Primero se nos acaba la luz y el tiempo que las ganas seguir haciendo fotos y probar nuevas ideas. Mis novios suelen ser los más colaborativos del mundo. ¡Soy un suertudo!

Las fotos de la boda son más complejas porque la pareja vive ese día a contra reloj. Los protocolos se deben ir ajustando, los invitados suelen demandar más del tiempo programado y el cansancio de la pareja va in crescendo. Usualmente establecemos previamente un cronograma fotográfico pero no siempre se cumple. En realidad, poco sirven los guiones un día de bodas. En ese día, cuando una idea ¨brillante¨ no se lleva a cabo no me traumatizo. Los novios mandan y yo obedezco. En ningún momento los inoportuno. Reconozco que es el día más especial de la pareja y me convierto en un factor positivo en el desarrollo del evento.

 

 

¿Qué tan importante es el registro fotográfico para los novios y cómo te ven como fotógrafo?

Mis novios son parejas que se preocupan bastante por la clase de recuerdo fotográfico que van a obtener. Pretenden más que un recuerdo parco, un legado visual vibrante. No son parejas que sólo buscan un “man” que tome fotos sino que se aseguran de saber que la persona que está tras la cámara también vibre con su historia, que sea una persona agradable, que se sintonice con ellos. En fin… montan todo un proceso de selección de lo que terminará siendo quizás el proveedor más importante del día; el que se va a asegurar que ni la emoción del día, ni los detalles, ni las cosas, ni la gente que allí estuvieron se pierdan en el olvido natural que trae el caprichoso tiempo.

Tengo la fortuna de trabajar con parejas que respetan y valoran lo que hago, que me ven de hecho, más como un artista que como un fotógrafo, que me pagan lo que cobro y que además están dispuestos a abrirme un espacio de su intimidad para dejarme entrar en sus vidas. Eso me hace sentirme enormemente afortunado, laureado y hasta en deuda con ellos.

 

En el 2011, en Australia, una pareja de recién casados demandó a la empresa Ferris por no haber tomado la foto del beso. La acusó además de no cumplir con el contrato pues ofreció “fotografías artísticas” y, según los novios, les entregó fotos movidas y con sombras. Ferris demandó a la vez a la pareja por no pagar lo convenido. ¿Tienes alguna anécdota que contarnos al respecto? ¿Cómo te curas en salud ante estas posibles demandas?

Por fortuna, no tengo anécdotas extremas qué contar. Me curo en salud dejando todo claro desde el comienzo. De La Torre Fotografía tiene unos protocolos que me dan seguridad a mí a y mis clientes. Todo parte desde mi propuesta comercial que es clara y sincera respecto a lo que soy, lo que es mi producto y lo que cuesta. Allí expongo cuál es mi proceso de trabajo, aclaro hasta dónde van mis responsabilidades y a su vez, mis requerimientos para el cliente. Por eso, antes de hablar personalmente conmigo, ya saben básicamente todo lo que necesitan saber.

El contrato que desarrollé con ayuda de colegas y el acompañamiento de un abogado explica, por su parte, muy bien las responsabilidades legales, comerciales y laborales entre el Contratante y Contratista, específica sobre el producto contratado, fechas, plazos, horarios de trabajo, forma de pago, cláusulas de fuerza mayor o caso fortuito –que salvaguardan a ambas partes-, indemnizaciones, copyright, exclusividad, garantías en caso de pérdida o robo de material, en fin… de todo. Esto debe ser aprobado y firmado por ambas partes.

Luego de ello, una semana antes de la boda pido a las novias que me llenen un formato online sobre datos de la producción. Allí solicito información puntual sobre horarios, lugares, personas a las que debo contactar, etc. Pido incluso una lista de las fotos especiales que quieren los novios. De esta forma, ningún detalle me queda por fuera.

 

¿Cómo defines tu estilo? ¿Cómo logras que tus fotografías se parezcan a ti y no a otro fotógrafo?

Seré sincero: no me siento dueño de un estilo claramente definido. Aún soy joven para eso. Creo que hasta podría ser nocivo para mi evolución como fotógrafo. Prefiero seguir explorando. Un colega y maestro fotógrafo mexicano -Óscar Castro- dijo en un taller algo que me caló profundamente: ¨Preocúpate por hacer fotos chulas, que el estilo eventualmente te encontrará a ti”. Yo prefiero seguir esa regla. Me gustaría hacer de cada foto una pieza de arte visual y emocional. Aún no lo logro pero espero en el futuro el dominio completo. Tal vez ese anhelo será concebido por los demás como parte de mi estilo.

 

Alguna vez citaste estas palabras del fotógrafo estadounidense William Albert Allard: “Tienes que pedirte a ti mismo. Tienes que empezar a buscar fotografías que nadie más pueda hacer. Tienes que coger tu herramienta e ir más allá”. ¿Constituyen esas palabras un principio rector para tu vida profesional?

Sin lugar a dudas es así. Desde que decidí este camino para mi vida, el reto, la capacitación constante, la experimentación y el juego hacen parte de mi crecimiento como fotógrafo. Nunca es suficiente, debo practicar más y más, lo sé. Creo que el confort creativo, que defino como “dejar de incomodarse para ir a lo seguro¨ termina tornándose en mediocridad y eso mata la evolución de cualquier profesional que se dedique a una carrera artística.

 

En las fotos de bodas utilizas el color para crear atmósferas de ensueño. Pero sé que te encanta el blanco y negro. A mí también me apasiona pero sé lo difícil que es trabajar con dos gamas de colores. El blanco y negro delata el mal fotógrafo. Tú lo haces muy bien. Háblanos de tu experiencia al respecto.

Gracias por el halago. No sé qué decir al respecto, solo sé que el BN me encanta en demasía, vibra en mi honda, es como mi idioma visual nativo, soy blanco y negro en mi interior estoy seguro. Acá entre nos, a veces creo que el hecho de ser daltónico -que hace que mi percepción del color real sea equívoca- ha generado en mí una sensibilidad especial respecto a la riqueza en el espectro de tonos del BN. No estoy seguro de eso, pero bueno… es lo único profundo que tengo por decir.

 

¿Es verdad que configuras la pantalla de tu cámara en blanco y negro inclusive cuando tomas fotografías a color?

Sí, es verdad. Tomo bodas completas de 7.000 fotos en BN. Pero, aclaro, las fotos quedan guardadas a color, es solo que pongo un filtro de visualización a BN en mi pantalla. Puedo decir que el BN en la pantalla de mi cámara se debe básicamente a que provoca dos efectos muy positivos en mí durante las sesiones. Primero, me mantiene motivado durante toda la sesión. El BN opera en mí cierto efecto terapéutico y emocional. Es como auto-inspirarse. Es como si al mostrarme las fotos en BN la cámara me dijera: “Guauuu, qué linda foto, qué bien vas, eres un duro, Óscar… sigue, sigue”. La pantalla a color, en cambio, no tiene ese mismo efecto. No sé el por qué pero sucede.  Y segundo, el BN me mantiene concentrado. Al no resaltar una cosa sobre otra por la vibración de los colores, me concentro en lo que debo, que es: la dirección, la potencia y la calidad de la luz sobre el objeto principal. Una fotografía a BN es básicamente una radiografía de la luz de la escena. Dicho de otra manera, el BN me muestra la imagen tal como es sin engaños. Gracias a ello veo fácilmente en dónde resaltar o atenuar la luz del objeto principal.

 

Haz incursionado en la fotografía artística. Tienes pendiente una exposición. ¿Cómo saltas de un género comercial a uno tan reducido y poco rentable como es la fotografía artística?

Salto por Amor, salto porque mi ser me lo reclama, salto por la felicidad, la plenitud y el aprendizaje que de ello derivo. No salto por dinero. Quiero que el dinero en mi vida sea una consecuencia de hacer bien las cosas. No haré de mi vida y mi profesión algo triste y vacío al dedicarme solo a producir dinero.

Salto además porque siento la fotografía como una hermosísima y moderna musa. Una diosa que es magia pura y que vuelve magia perenne todo lo que toca. Considero que es terriblemente seductora en todas sus expresiones. Así que bueno… yo, fiel discípulo, me declaro víctima de sus encantos y me dejo seducir y llevar con fe por sus emocionantes curvas y sus profundos recovecos.

Por otro lado, de todo se aprende, y un género fotográfico se nutre del otro y el que gana siempre es uno, su trabajo y el cliente. Este saltar me ha llevado a exponer en la Bienal Internacional de Fotografía en Bogotá y a participar en otro par de expos de arte y fotografía en Ibagué y Popayán.

En el 2012 incursionas como Director de Fotografía de la Película Los Papelípolas, dirigida por Olives Lis. He visto unos fotogramas excelentes. ¿Cómo fue tu experiencia en el cine?

Fue una experiencia increíble, emocionante, difícil y extenuante. Aprendí sobre todo de trabajo en equipo. Recordaré con gusto las jornadas de trabajo interminables y las tomas de riesgo que tuvimos que filmar desde una grúa a grandes alturas y a su vez, a altas velocidades sobre un carro de bomberos.

Ese rodaje dejó tatuada en mi memoria una de las imágenes en movimiento más bellas y surreales que he presenciado en toda mi vida: ver el camino principal del antiguo y derruido Cementerio Central de Neiva completamente cubierto de libros abiertos, algunos otros colgaban de árboles, y mientras sus páginas se recorrían al vaivén del viento un poeta anciano, completamente vestido de blanco y con bastón lo recorría lentamente en toda su larga perspectiva. Eso fue poesía pura de la imagen, nacida de la genialidad del director de la peli, Oliver Lis. Allí, en esa misma grabación conocí a grandes amigos que todavía tengo el placer de conservar.

 

Das conferencias, dictas talleres y hasta fuiste profesor de fotografía de la Universidad Corhuila. ¿Qué te mueve a emprender esos oficios? ¿Cuál es el mensaje central que das a los que te escuchan?

Creo que hablar de lo que a uno gusta produce gran felicidad; además, hoy día disfruto mucho la compañía de la gente. Debo admitir que yo no era así de extrovertido. Eso ha sido algo positivo de la profesión.

Si me preguntas cuál es el mensaje central de mis charlas, teniendo en cuenta que esas charlas han sido dentro del ambiente académico, pues estos mensajes tienen una tendencia pedagógica. Esto es lo que siempre repito:

  • La fotografía se aprende principalmente en la práctica, no leyéndola, no sacando la cámara una vez al mes del bolso.
  • Tírate al suelo, súbete a una silla, la mejor fotografía nunca es la que disparas a la altura de tus ojos.
  • ¡Educa el ojo! ¡Aprende a ver diferente! Culturízate.
  • Hacer buenas fotos eventualmente es fácil, ser un buen fotógrafo, no.
  • La foto debe ser lo más perfecta posible desde la cámara. Una buena foto no se hace en la PC.
  • Si la fotografía no le gusta, no lo emociona, no lo hace vibrar… ni lo piense… dedíquese a otra cosa.

 

Por último, Óscar, las preguntas que todo fotógrafo te haría. ¿Con qué equipo trabajas?

Uso siempre dos cámaras full frame de Nikon (D600 y D610), tres lentes (85mm, 50mm, 24mm), dos flashes con mando remoto, dos luces leds. Lo demás es una larga lista de importantes ¨chucherías¨. Así vamos hasta ahora. Viene un 35mm en camino.

 

¿Cuál es tu lente preferido?

El 50mm f1.8, es el único sin el que no podría afrontar una boda. Sirve para todo, es excelente para retratos, no deforma, es luminoso, y hasta aguanta -llegado el caso y sin ser especialista- para fotos de grupo y paisaje. En fin, una joya!

 

¿Prefieres el flash o la luz natural?

Prefiero la luz natural, directa, fuerte y rasante.