Concejo de Neiva, sin presidente durante el 2019
Sin mucho esfuerzo, Edwin Felipe Hernández se encontró de golpe a finales del año pasado con una presidencia para la cual no estaba preparado. La medida de aseguramiento dictada contra Carlos Sterling (virtual presidente) por la elección de Personera y Contralor, terminó beneficiándolo y entregándole en bandeja la codiciada elección; tan apetecida en el último año de periodo para ser usada como trampolín electoral. Sterling sería luego recompensado con la secretaría y otros cargos, dados a medias en el transcurso del presente año.

Una nueva oportunidad de recomponer el camino estaba en manos de Felipe, no solo para sacar al Concejo de la peor crisis de su historia sino también para buscar sacudirse de sus propios “pecados” entre los que se incluye el proceso en Fiscalía por constreñimiento al elector y utilización de recursos públicos para financiar su campaña desde la E.S.E. Carmen Emilia Ospina.
Felipe tenía dos opciones, asumir el liderazgo para recuperar el prestigio de la corporación realizando un trabajo conjunto, con estrategias de cambio y mano dura, o encerrarse a exprimir el presupuesto de la presidencia para intentar reelegirse como concejal, finalmente optó por la segunda. Durante el tiempo que lleva como presidente Felipe nunca lideró nada, de vez en cuando se aparece al final de las sesiones o debates, y en las oportunidades en las que ha participado, lo hizo simplemente para repartir el uso de la palabra; durante su presidencia el ausentismo llegó a niveles sin precedentes. Incluso, han tenido mayor protagonismo los vicepresidentes Dagoberto Gómez y Humberto Vargas, quienes tratan de mantener a flote un barco sin capitán y sin rumbo, condenado al naufragio y con apenas cuatro o cinco tripulantes que se quedan hasta el final de los debates.
La improductividad de Felipe contrasta con los elevados movimientos presupuestales y de contratación de personal que ha realizado. A pesar de que el Concejo tiene 4 personas de planta y sobre quienes se descarga el mayor número de tareas diarias, durante el presente año han sido contratadas 86 personas, de las cuales 72 son bajo la figura de personal supernumerario; dedicadas en su mayoría a la actividad proselitista. En total son 1.265 millones de pesos del erario destinados al pago de personal que nunca asiste y que definitivamente no han aportado a mejorar administrativamente la corporación.
La mala hora del Concejo en el 2018, empeoró durante el presente año. Es claro que las responsabilidades son individuales, pero la crisis actual se da en gran medida por la falta de liderazgo, responsabilidad y compromiso del presidente Felipe Hernández quien prometió cambios que no hizo y dilapidó la última oportunidad (al menos de este cuatrienio) de recuperar su discurso de joven líder. Al contrario, le apostó a la volátil e ingrata burocracia que se terminará diluyendo ahora que no fue avalado por su partido.