Con plantas y hongos, Colombia busca recursos para el desarrollo sostenible
Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo. Alberga 30.000 especies de plantas (25% endémicas; 1.000 amenazadas) y más de 3.500 plantas útiles.

En la medida que la población mundial aumenta, sigue creciendo la necesidad de brindar soluciones desde la ciencia a los desafíos relacionados con la nutrición, la salud y los modos de vida.
De acuerdo con un estudio del Instituto Humboldt, las plantas y hongos desempeñan un papel enorme en el sostenimiento de los seres humanos, y los países con altos niveles de diversidad ofrecen innumerables oportunidades para fomentar los medios de vida rurales, mejorar las oportunidades comerciales y contribuir al desarrollo bioeconómico nacional y mundial a través de la identificación y el desarrollo de nuevos productos y servicios biológicos.
Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo. Alberga 30.000 especies de plantas (25% endémicas; 1.000 amenazadas) y más de 3.500 plantas útiles. Localizada en una región que es el centro de origen de tomates, pimientos, papas, chiles y muchos otros cultivos y sus parientes silvestres. La diversidad de hongos puede ser igual de alta, sin embargo, esta todavía no se ha descubierto.
En los últimos años, Colombia ha establecido políticas que promueven el uso sostenible de la biodiversidad en aras de desarrollar la bioeconomía, siguiendo un crecimiento verde. “Aunque las plantas y los hongos nativos no cultivados tienen un gran potencial para mejorar los medios de vida de las personas y el desarrollo económico del país, el conocimiento sobre la mayoría de las especies útiles permanece disperso, en gran parte inaccesible y susceptible de desaparecer con el tiempo”, agrega el Humboldt.
Recuerda que, además, Colombia perdió alrededor de 5,5 millones de hectáreas de bosque entre 1990 y 2015, lo que equivale a 200.000 hectáreas por año. Asimismo, se está acelerando la pérdida de biodiversidad con la desaparición de los conocimientos tradicionales asociados a la conservación, uso y manejo de plantas y hongos. Lo anterior se debe principalmente a la deforestación provocada por la expansión de la frontera agrícola, el desarrollo urbano y la minería ilegal, y acelerada por el proceso de paz.
“Necesitamos empoderar a Colombia para convertir su diversidad de plantas y hongos en un recurso económico a favor del desarrollo sostenible, un recurso que es más valioso que la conversión de tierras para la agricultura de subsistencia, la expansión urbana y la minería ilegal”, señala.
Sostiene que Colombia, con su singular y extraordinaria biodiversidad y riqueza cultural, puede convertirse en un ejemplo para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, al reducir la desigualdad y la pobreza a partir del uso sostenible de sus plantas y hongos útiles, al tiempo que disminuye la degradación de sus recursos naturales.
“El objetivo general de este proyecto, cuyo tiempo de ejecución es de 2.5 años, es desarrollar vías para mejorar la contribución de la naturaleza a la sociedad colombiana mediante el aumento, la consolidación y la accesibilidad del conocimiento sobre plantas y hongos útiles para el beneficio de las comunidades locales. Adicionalmente, busca promover un mercado para especies nativas subutilizadas y sus productos de alto valor, para motivar el uso sostenible de la biodiversidad mientras se protegen los recursos naturales”, asegura.