sábado, 13 de septiembre de 2025
Regional/ Creado el: 2019-09-30 01:36 - Última actualización: 2019-09-30 03:11

Como un viaje al centro de la tierra

Fueron casi dos horas de recorrido dentro de la montaña, sorteando un terreno agreste y dificultoso, con una corriente de agua helada que acobija la caverna y ha permitido la erosión de este asombroso lugar, pero, tan helada que al primer contacto con la piel produce un temblor incontrolable en el cuerpo.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | septiembre 30 de 2019

Por: Darwin Méndez 
Con el mismo temor que Axel, enfrenta la decisión de su tío Otto de viajar al centro de la tierra, siguiendo los mensajes descifrados del pergamino, escrito por el alquimista islandés Arne, me encontraba yo minutos antes de ingresar a la Caja de Agua la Cumbre en el municipio de Paicol.  Pero, también como Axel, personaje principal de la novela de ficción de Julio Verne “Viaje al centro de la Tierra”, no tuve más opción que introducirme a lo desconocido.

Fueron casi dos horas de recorrido dentro de la montaña, sorteando un terreno agreste y dificultoso, con una corriente de agua helada que acobija la caverna y ha permitido la erosión de este asombroso lugar, pero, tan helada que al primer contacto con la piel produce un temblor incontrolable en el cuerpo. En algunos trayectos acurrucados y, en otros, arrastrándome en medio de la roca, los 400 metros se convirtieron en un reto casi olímpico, de resistencia, concentración y dominio de la claustrofobia, que por momentos asaltaba inesperadamente, agitando la respiración y acelerando el corazón.

Y así como Axel y su tío descubrieron al interior del volcán, cipreses, helechos, pinos y mastodontes gigantes de la era terciaria, el grupo expedicionario y yo  encontramos algunos fósiles de bivalvos y caracoles, que hacen suponer que la cueva estuvo por algún periodo de su formación geológica debajo del mar; también hallamos cristales de cuarzo, estalactitas y estalagmitas de gran tamaño y cuatro morfoespecies de murciélagos.    

A mitad del camino, la cueva ofrece un descanso para tomar un nuevo aliento y estirar el cuerpo entumecido por culpa del agua helada y la estrechez de la caverna.  El vuelo agitado de los murciélagos asustados que pasan rozando y su agudo chillido que rebota en las rocas y estremecen los oídos,  produce una sensación de zozobra,   la incertidumbre de sentir en cualquier momento el choque del mamífero contra nuestro cuerpo, hecho improbable debido al sistema natural de sus oídos, parecido a un radar que hace rebotar las vibraciones ultrasónicas que emiten y que les posibilita esquivar hasta el más pequeño obstáculo.

El último trayecto, permite una marcha más descansada y con menos tropiezos, pero la ropa mojada y el frío que entumece las extremidades, hacen de cada movimiento un desafío. En ese momento, la ilusión de poder ver a la distancia un rayo de luz que indique la salida, es lo que anima a no desfallecer; luz que se hace más cercana a cada paso, ayudando a olvidar todo temor.   Afuera, luego de sortear el obstáculo definitivo, que pareciera la resistencia de la montaña a dejarnos escapar, el cuerpo se yergue y un suspiro profundo brota de las entrañas, es la satisfacción de haber logrado lo que en algún momento se creía impensable.  Y aunque no estuve en el centro de la tierra, la Caja de Agua la Cumbre  me regaló una experiencia fantástica y extrema y así como a Axel y a su tío Otto no les creyeron cuando regresaron a casa todo lo vivido,  opino que lo mejor es visitarla y vivir la experiencia personalmente.

Descubrimiento de la Cueva

Luego de esta travesía, regresamos a la casa de Luz Dary Perdomo y su esposo Fabio Rojas, dueños de la finca La Floresta donde se encuentra la Caja de Agua en la vereda la Cumbre.  Sentados en una plancha de madera que sirve de sillas, con una taza de café y divisando el hermoso paisaje desde donde se observa el poblado de Tesalia y sus cultivos de arroz, Luz Dary me contó cómo su abuelo Darío Perdomo descubrió la cueva en 1970 …“mi abuelo pescaba por la quebrada que corre por el lado de la montaña y un día escuchó un ruido, la curiosidad hizo que descubriera el agujero y junto con el hijo se introdujeron a inspeccionar la caverna,   saliendo maravillados de lo que encontraron”, manifestó.

A partir de ese momento, esta belleza natural empezó a ser visitada por algunos curiosos de manera improvisada, pero en los últimos meses la familia Rojas Perdomo se ha organizado, constituyendo el grupo ecoaventura “TJA Wits” que significa “La cumbre” en lengua nasa, buscando realizar visitas guiadas con la seguridad y permisos requeridos.  Actualmente, están realizando los estudios geológicos y biológicos para determinar si esta formación puede ser explotada para el turismo o si, por el contrario, se debe resguardar únicamente para estudio científico.

Agroturismo en la Cumbre

Con las fuerzas recuperadas llegamos a la finca La Esperanza de propiedad de Francy Perdomo y Javier Cuellar, quienes nos habían invitado a conocer los encantos de esta vereda a tan solo 40 minutos del casco urbano de Paicol, por la vía perimetral que está en proceso de licitación y que los unirá con el municipio del Agrado.  En esta finca cafetera, están empezando a producir su propia marca de café especial llamada “Tierra Blanca”, que comercializan con los visitantes y amigos, y están en proceso de posicionarla en otros lugares del departamento del Huila. 

Después de un delicioso almuerzo, en compañía de Javier emprendimos una caminata por el bosque que esta familia protege como un tesoro, en el cual se encuentran dos nacimientos de agua que abastecen a la quebrada La Motilona, además de árboles como el lacre, ojiancho, granizo, vara de cacao, cedro, arrayán negro y blanco y aves como la torcaza morada, guacharaca, chilaco y choqui.

De regreso a la casa, Francy me comentó que vienen trabajando en el proyecto del agroturismo con la ruta del café, senderismo, avistamiento de aves y, junto a la familia Rojas Perdomo, la espeleología a la Caja de Agua (espeleología: estudio de la naturaleza, el origen y formación de las cavernas, y su fauna y flora).  Este proceso se ha venido gestando desde hace varios años con la preparación que les brinda el SENA y la adecuación de cada una de las áreas donde se ofrecen los servicios.   Todo ha sido a partir del esfuerzo propio y las ganas de ofertar una alternativa turística, que no es fácil y que requiere de inversión y sacrificios, pero que para Francy  y Javier valen la pena.

Paicol como destino turístico

Y, es que Paicol, conocido como “La puerta del viento”, se ha caracterizado en los últimos años por ser uno de los municipios más organizados en el manejo del ecoturismo; cuenta con varias empresas especializadas en ofrecer experiencias extremas a lugares naturales como la Caja de Agua, quebrada La Motilona y sus cascadas, rafting por el rio Páez, entre otras aventuras.   Así mismo, tiene una excelente oferta hotelera, una arquitectura colonial conservada y la iglesia Santa Rosa de Lima, construida en piedra de cantera en 1.870 y declarado patrimonio arquitectónico del Huila.

De regreso a Neiva con mis compañeros de viaje, observando el hermoso y colorido paisaje que nos ofrece esta región del departamento, recordaba a las personas que conocí en la vereda la Cumbre, su amabilidad, sencillez, dedicación y sobre todo su emprendimiento, esa voluntad y capacidad de desarrollar y administrar su proyecto, iniciativa que vale la pena apoyar, porque viene de gente humilde, campesina a mucho honor, que le apuesta al cambio, a la paz, al sostenimiento y a la conservación del medio ambiente.

Agradecimientos: Biólogo José Alejandro Cuéllar, Yuri Tatiana Campo, César Truce, Boris Trujillo Cerquera.