Beneficios de reducir el consumo de sal en tus alimentos
La sal la podemos sustituir por especias o hierbas aromáticas para no perder el sabor. Dejarla o reducir su consumo te dará múltiples beneficios para tu salud.

Los médicos y nutricionistas recomiendan siempre usar poca sal a la hora de cocinar. No obstante, para muchas personas es muy difícil reducir su consumo, ya que sienten que todas las recetas resultarán insípidas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS, estima que cada año se podría evitar 2,5 millones de defunciones si el consumo de sal a nivel mundial se redujera al nivel recomendado.
Además indica que la rápida urbanización y la evolución de los modos de vida están modificado las comidas diarias. Los productos elaborados son cada vez corrientes y asequibles; esto ha provocado que las personas consuman alimentos ricos en energía que contienen muchas grasas saturadas, ácidos grasos, azúcar y sal. El uso desmedido de esta última hace que se nos presente hipertensión, así como un mayor riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.
En ese sentido, las personas consumen menos frutas, verduras y fibras, que son alimentos clave para nuestra alimentación sana.
En la alimentación, la sal puede provenir de alimentos elaborados, ya sea porque son particularmente ricos en sal (platos preparados, carnes procesadas como el tocino, el jamón y el salame, quesos, tentempiés salados, fideos instantáneos, etc.), ya porque suelen consumirse en grandes cantidades (el pan y los productos de cereales elaborados). También se añade sal a los alimentos durante la cocción (caldos o cubitos de caldo) o bien en la mesa (salsa de soja, salsa de pescado, sal de mesa).
Los fabricantes optan por reformular sus recetas con el fin de ayudar a la reducción de la sal en sus productos con indicaciones de lectura en etiquetas para sus consumidores donde muestran productos bajos en sodio.
Recomendaciones para un menor consumo de sal
La Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda consumir menos de 5 gramos es decir menos que una cuchara de té de sal por día (1) para personas adultas.
Asimismo indica que se debe ajustar a la baja, para los niños de 2 a 15 años, la ingesta máxima recomendada para los adultos en función de las necesidades energéticas en relación con las de los adultos. Esta recomendación no comprende el periodo de lactancia natural exclusiva (de 0 a 6 meses), ni el de alimentación complementaria de la lactancia natural (de 6 a 24 meses).
La sal que se consume, debe ser yodada, es decir (enriquecida) con yodo, ya que es parte fundamental para un desarrollo sano del cerebro del feto y de los niños pequeños para mejorar las funciones mentales.
En casa ¿Cómo se puede reducir el consumo de sal?
-No agregando sal durante la preparación de los alimentos;
-No poniendo saleros en la mesa;
-Limitando el consumo de tentempiés salados;
-Escogiendo productos hiposódicos.
¿Cómo usar poca sal sin que resulte insípido?
Usar poca sal no tiene que ser una tortura. Debemos seguir disfrutando de la comida a la vez que reducimos su consumo de manera gradual. Además, podemos potenciar los sabores con otros condimentos, como los que proponemos a continuación. En poco tiempo, nuestro paladar se acostumbrará.
Sal de hierbas, elaborada con hortalizas en polvo como el apio, el ajo o la cebolla
Vinagre
Jugo de limón
Plantas aromáticas (albahaca, menta, orégano, etc.)
Especias picantes como la pimienta de cayena o el jengibre
Levadura nutricional
Algas marinas
También se recomienda elegir siempre sal marina en lugar de sal de mesa o refinada. De este modo, la poca sal que consumamos la asimilaremos mucho mejor y nos aportará minerales y oligoelementos.
Beneficios
- Mantenemos la piel hidratada y sin impurezas.
- Nos sentimos con más energía.
- Prevenimos la hinchazón.
- Adelgazamos con más facilidad.
- Prevenimos trastornos cardiovasculares.
¿Cuáles son los riesgos del consumo excesivo de sal?
Una de las consecuencias más conocidas del exceso del consumo de sal es el favorecer el desarrollo de HTA en personas predispuestas o impedir un adecuado control de la misma. El exceso de consumo de sal, también favorece o precipita el desarrollo de otras enfermedades que cursan con retención de líquidos como la Insuficiencia Cardiaca, la insuficiencia hepática y enfermedades del riñón. La retención de agua que supone el abuso de sal, produce aumento de peso corporal y obliga a corazón, hígado y riñones a trabajar por encima de sus capacidades para eliminarla.
En condiciones normales, todo el exceso de sal que comemos y que no necesita el organismo para hacer sus funciones, se elimina en la orina y conlleva además una mayor eliminación de calcio, lo cual favorece la formación de cálculos de calcio en personas predispuestas. Además, esta mayor eliminación de calcio en la orina, puede contribuir a que disminuya el calcio de los huesos y por tanto a la osteoporosis.