Así celebraron los feligreses de Neiva el miércoles de Ceniza
La homilía oficializó el inicio de la cuaresma, es decir, los 40 días en los que los católicos se preparan para la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

Cientos de feligreses pertenecientes a la Iglesia Católica cumplieron su cita en diferentes parroquias de la capital del Huila con motivo del Miércoles de Ceniza; homilía que oficializa el inicio de la cuaresma, es decir, los 40 días en los que los católicos se preparan para la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Este día es para los devotos día de ayuno y abstinencia, igual que el Viernes Santo.
Según la diócesis de Neiva, el simbolismo de la ceniza en el contexto general del camino de la Pascua, es muy antiguo pero no anticuado, pues, «el simbolismo recuerda una vez más que el hombre está hecho del polvo de la tierra y es caduco, nos hace humildes. Abrahán, al dialogar con Dios la salvación de Sodoma y Gomorra, reconoce que no tiene derecho a nada, porque es ‘polvo y ceniza’».
Explica que «este signo de penitencia significa la condición del hombre pecador, que confiesa públicamente su culpa ante Dios, y así expresa su voluntad interior de conversión».
«El camino de la conversión pascual empieza con este signo y acaba en la Vigilia con el del fuego, el agua y la luz. Es una unidad dinámica la de la Cuaresma, que quiere comprometer a cada cristiano en su seguimiento de Cristo y comunicarle la gracia pascual: a través de la renuncia y la cruz, hasta la nueva existencia de resucitados. El destino es la pascua, la vida, pero el camino pasa también por la renuncia y la humildad. El ‘hombre viejo’ tiene que dejar paso al ‘hombre nuevo’. No está mal que el signo de la ceniza no lo recuerde».
Palabras del Papa Francisco
En su discurso, el Sumo Pontífice de la iglesia Católico hizo un llamado de atención, según Francisco, la Cuaresma es «un camino que verdad requiere empeño, como es justo que sea, porque el amor es comprometido, pues es un camino lleno de esperanza y la dificultad de atravesar el desierto forja una esperanza fuerte», al recordar el paso del pueblo de Israel por el desierto.
El líder religioso explicó que «Cristo nos precede con su Éxodo, y nosotros atravesamos el desierto gracias a él y tras él. Él es tentado por nosotros y ha vencido al Tentador por nosotros, pero también nosotros debemos con Él afrontar las tentaciones y superarlas».
«Esto no quiere decir que nos ha hecho todo y nosotros no debemos hacer nada, que Él ha pasado a través de la cruz y que nosotros “vamos al paraíso en carroza”. No es así. Nuestra salvación es ciertamente don suyo y porque es una historia de amor requiere nuestro ‘sí’ y nuestra participación, como nos demuestra nuestra Madre María y después todos los santos», consignó.
En referencia a la Cuaresma dijo que «es un periodo de penitencia, también de mortificación, pero no como fin en sí mismo, sino que termina haciéndonos resurgir con Cristo, renovar nuestra identidad bautismal, es decir, renacer nuevamente ‘de lo alto’, del amor de Dios», puntualizó.