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Cultura/ Creado el: 2020-04-24 12:39 - Última actualización: 2020-04-24 12:39

Adiós, al maestro Luis Felipe Basto

El pianista y arreglista huilense, falleció el pasado miércoles en Miami a causa del coronavirus. Su amigo, José Míller Trujillo nos ilustra algunos apartes de su vida.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | abril 24 de 2020

El pasado miércoles falleció en Miami, donde se encontraba visitando a su familia, el pianista y arreglista huilense Luis Felipe Basto Godoy, víctima de Covid-19. Basto se labró un nombre dentro de la música tropical y la salsa colombiana. Sus teclados pueden escucharse en grandes clásicos de nuestra música bailable como ‘Violencia’ y ‘Maldita navidad’, de Los Black Stars, y ‘El ausente’ y ‘Tú sufrirás’, de Fruko y sus Tesos. También estuvo vinculado como arreglista e intérprete en grupos como Los ocho de Colombia, el Combo de las estrellas y Los Afroins.

Nacido en Neiva en 1947, a los once años empezó a estudiar en el Conservatorio Departamental de Música de su ciudad natal y a los 17 dejó la música clásica luego de entrar a reemplazar al pianista de una orquesta tropical. Antes de trasladarse a Bogotá en 1967, tuvo una efímera banda de rocanrol llamada Los Drivers, y luego en Medellín se vinculó a los Black Stars, con quienes estuvo del 71 al 75. Fue pianista de planta de Discos Fuentes y participó en grabaciones de Ramiro, Rodolfo Aicardi y Ricardo Fuentes, así como en el clásico álbum ‘Ayunando’ de 1973, de Fruko y sus Tesos, entre otros.

A mediados de los sesenta conoció el jazz en un programa radial cuyo anfitrión era el médico y organista Luis Eduardo Vanegas. Allí escuchó y se enamoró de la música del pianista Bill Evans y, sobretodo, la bossanova. En la década del 90 se fue a residir a Miami, donde terminó de aprender los rudimentos de los estilos del jazz que aplicó luego en el bar Zanzíbar, de propiedad del baterista boyacense Javier Aguilera, y también como docente en varios centros educativos de Bogotá y como gestor cultural, protagonizando e incentivando conciertos en su natal Neiva a mediados de la década del 2000.

Hacía unos años que Luis Felipe Basto se encontraba trabajando en un proyecto compositivo para formato de Big Band, inspirado en la Ciudad Perdida y la Sierra Nevada de Santa Marta.

Se nos fue un grande

Para José Míller Trujillo, compositor huilense la perdida para el Huila de Luis Felipe Basto es grande y acá nos ilustra algunos detalles de la vida del pianista y arreglista que realizó en su momento aportes importantes a la cultura y folclor del departamento del Huila.

Hijo de Luis Felipe Basto, quien fue integrante de la Banda Departamental  del Huila y de Rosario Godoy. Estudió en el Instituto Cervantes y el Salesiano de Neiva.

En la entonces, Escuela Departamental de Música y Bellas Artes (hoy Conservatorio del Huila); bajo la dirección del maestro sacerdote Salesiano Andrés Rosa Summa; se formó como pianista con la educadora Isaura Tarazona de Mosquera, junto a otras personas hoy profesionales de la música, tales como Esperanza Núñez, Melba Perdomo, Jorge Guarín, Armando Suárez y Gerardo Betancur. También perteneció al grupo de danzas folclóricas de Inesita García de Durán.

Su realización profesional, no en el Huila, la experimentó como director e integrante de prestigiosas agrupaciones de todo género. Sobresalió como músico de grabación en Medellín, siendo director y pianista del famoso grupo de entonces, Los Black Star y otras orquestas para Discos Fuentes, Codiscos y Sonolux. Grabó con Fruko y sus Tesos entre otros.

En Bogotá, fue mayor su trabajo silencioso para extraordinarias orquestas, siendo su gran cima, con Los Ocho de Colombia, como pianista, director y orquestador. Acompañó a solistas como Claudia de Colombia y un sin fin de valiosas figuras.

Su pasión, ya lejos de las tarimas de baile, fue el Jazz que con mística promovió en Neiva a nivel sinfónico en varias temporadas con la Banda Sinfónica de la Corporación Musical Abel Valderrama Yusti. El Jazz, además, le permitió viajar por Europa.

Muy joven, se casó con la bogotana Gloria Ramírez Palacio, de cuya unión quedan Diana Alexandra (vive en Nicaragua) y Katerine (en Miami),más dos nietas y dos nietos.

Sus hermanas, Blanca, Rocío (pedagoga musical) y Aracely.

Gocé de su amistad personal y de toda su familia, en especial de su mamá, doña Sharito. Y a él le debo su mano generosa en momentos difíciles. Fue orquestador de varias de mis obras  diferentes,(en lo que nos identificamos para evolucionar) que no se han podido divulgar. Un trabajo excelente, fue el realizado en sanjuanero-jazz, para los 25 años de Las Tamboras.

Buen viento y buena mar, en su nuevo nivel existencial-espiritual. Amigo querido, Dios ya te recibió.