¡Gracias, Chespirito!
En el corazón de toda la comunidad latina quedará el recuerdo del reconocido cómico mexicano Roberto Gómez Bolaños. Chespirito, como era reconocido, falleció ayer en su casa de Acapulco.

Toda América Latina está de luto. Uno de sus hijos prodigio falleció ayer a los 85 años: Roberto Gómez Bolaños, uno de los más grandes y entrañables cómicos de la historia.
Tres generaciones se han reído con los personajes televisivos de Chespirito, el productor y actor mexicano que murió en su casa de Cancún.
El 20 de junio de 1971, hace ya más de 40 años, la audiencia mexicana conoció por primera vez al niño pecoso de ocho años que acostumbra a meterse en el interior de un barril, en una vecindad de la Ciudad de México. Con su característico gorro, El Chavo del Ocho, su creación más célebre, logró robarse el corazón de más de tres generaciones de mexicanos y extranjeros.
El Chapulín Colorado fue otra de las series más populares de Gómez Bolaños. Entre sus personajes están también Chaparrón Bonaparte, el doctor Chapatín y Chómpiras.
Chespirito, padre de seis hijos con su primera esposa, la escritora argentina Graciela Fernández, inició su carrera como creativo publicitario, un oficio que le permitió saltar a la radio y la televisión, donde se desempeñó inicialmente como guionista en los años de 1950.
Los primeros pasos como actor los dio en "Dos criados malcriados", en 1960, y desde entonces se convirtió en uno de los grandes cerebros de la televisión mexicana.
También se involucró con el cine realizando guiones para el dúo cómico "Viruta y Capulina", unos de los más famosos de este género en México en la década de los 60, así como para filmes que él mismo protagonizó como "El Chanfle" y "Don Ratón y Don Ratero".
A lo largo de su polifacética carrera igualmente realizó una exitosa obra de teatro titulada "11 y 12" y publicó un poemario titulado "Y poemas también".
Gozó de una fama desbordante en la mayoría de países de la región, aunque sus historias muestran también facetas tristes de la sociedad, como el abandono de la infancia y el maltrato en el caso del "Chavo".
El éxito de "El Chavo del Ocho" llevó a Gómez Bolaños a prolongar su actuación en la serie hasta tener más de 60 años, cuando anunció su retiro al considerar que era "estéticamente desagradable" seguir interpretando a un niño de ocho años, además de que ya le costaba entrar al barril donde vivía el personaje.