Las armas perdidas del Congreso

Son muy curiosas las historias detrás de la desaparición de la dotación, todas están documentadas y existen denuncias radicadas en la Fiscalía y la Policía.

Sin embargo, lo que llama la atención es la forma como fueron hurtadas o extraviadas estas armas que se supone estaban en manos de personal entrenado para garantizar la seguridad de los parlamentarios.

De acuerdo con Caracol Radio, un escolta del senador Juan Manuel Corso  asegura que lo atracaron en una buseta y reportó que en medio del robo se llevaron su pistola.

Otro caso es el de un escolta que asegura que mientras hacia sus necesidades fisiológicas en los baños del capitolio le robaron  su arma de dotación sin que se diera cuenta, como quien dice, lo cogieron con los pantalones abajo.

Otras historias están relacionadas con inconvenientes caseros de estos agentes encargados de proteger a los congresistas. Una de las denuncias cuenta que en un trasteo se refundió el revólver y escolta narra que su empleada del servicio se llevó la pistola de la casa cuando la despidió.

En otros casos por errores de procedimiento las armas fueron retenidas por las autoridades y se les perdió el rastro, como le sucedió a un guardaespaldas que no pudo llevar su pistola en un avión y decidieron enviarla por correo. La empresa postal al darse cuenta de que había un arma en la encomienda la decomisa y la entrega a la Fiscalía.

Muchos de estos escoltas reportaron hurtos a sus vehículos blindados en las regiones donde se desplazan los congresistas, otros en el cumplimiento de su deber, en enfrentamientos a bala en diferentes situaciones hirieron a delincuentes y en medio de las diligencias de balística y Medicina Legal perdieron su armamento.