La toma del palacio según Luis Alfonso Plazas
Al cumplirse 29 años del ataque guerrillero perpetrado por el grupo M19, el coronel (r) Luis Alfonso Plazas Vega escribe un análisis de lo que aún hoy no se ha contado.

“El coronel relata estos hechos en tres capítulos para su libre difusión y publicación”, afirma un comunicado enviado a los medios de comunicación.
El análisis se intitula “Capítulos del caso del palacio de justicia que los medios no cuentan” y tiene los siguientes temas: El juicio contra el coronel Edilberto Sánchez Rubiano; Villamizar se presenta ante el juez 55 de Bogotá; y Conclusiones sobre Villamizar.
Lea los capítulos a continuación:
CAPÍTULOS DEL CASO DEL PALACIO DE JUSTICIA QUE LOS MEDIOS NO CUENTAN
Por el coronel retirado Luis Alfonso Plazas Vega
1- EL JUICIO CONTRA EL CORONEL EDILBERTO SÁNCHEZ RUBIANO
El juicio contra el coronel retirado del ejército nacional Edilberto Sánchez Rubiano, empezó un año antes del juicio contra el coronel Luis Alfonso Plazas Vega, y terminó dos años después. Pero con el juicio a Sánchez no hubo afanes, ni se iniciaron investigaciones contra sus abogados por dilación del proceso, como lo hicieron contra el abogado defensor de Plazas, Pedro Capacho, a quien luego de dos años le tuvieron que precluir la injustificada investigación. Ni condenaron jueces, como el caso del Doctor Mauricio Cújar Gutiérrez, a quien tuvieron en prisión por dos años, por el gravísimo delito de haber establecido que Plazas Vega actuó en un acto del servicio, razón por la cual lo ha debido juzgar la Justicia Penal Militar. Cújar fue absuelto, pero perdió su cargo y atropellaron su honra. Y en la Rama Judicial nadie se inmuta.
Siendo los mismos hechos y circunstancias y los mismos supuestos delitos, no había razón para abrir una diferente cuerda procesal para Sánchez Rubiano y otra para Plazas Vega. Siendo los mismos hechos, la investigación contra Sánchez Rubiano si tiene en cuenta los hechos nuevos, mientras la de Plazas no. Siendo los mismos hechos, al coronel Sánchez Rubiano sí le dieron libertad provisional, respetando los términos violados en su proceso, que no le respetaron a Plazas Vega. La razón para hacer juicios diferentes es sencilla: querían darle a los procesados un tratamiento selectivo, según de quien se tratara, violando el artículo 13 de la Constitución Política de Colombia
A Sánchez le respetaron el vencimiento de términos que a Plazas nunca le respetaron, y le dieron libertad desde fines del 2007. Hay que recordar que era él quien manejaba la casa del Florero, responsabilidad plenamente comprobada en el proceso, y que Sánchez nunca ha negado, de modo que si hubieran salido con vida los de la cafetería, habría sido Sánchez Rubiano quien tendría que responder.
Pero hay una diferencia muy grande en la hoja de vida de los dos Oficiales. Sánchez Rubiano no fue Director Nacional de Estupefacientes, y Plazas Vega sí. A Sánchez no le toco librar la tenaz lucha contra las mafias del narcotráfico que a Plazas Vega le correspondió, con los eficientes resultados conocidos por la nación. Fue después de 22 años que se inventaron el cuento de los desaparecidos del Palacio de Justicia, precisamente cuando lograron sacar a Plazas de la DNE por haberles quitado más de dos billones de pesos en bienes mal habidos a los narcos y a ciertos políticos que son sus socios.
Los hechos nuevos que no se tuvieron en cuenta en la sentencia condenatoria de Plazas Vega son básicamente:
- La demostración que René Guarín era miembro del M-19, por tanto los reconocimientos de videos que él hizo no son válidos, porque hay un manifiesto interés en defender a sus correligionarios quienes asesinaron a los empleados de la cafetería como lo expresa con toda claridad el Tribunal Especial de Instrucción en su conclusión décimo séptima en el año de 1985.
- El artículo escrito por el propio René Guarín en la revista No 20 de la Corte Suprema de Justicia en la cual manifiesta que su hermana Cristina tenía un revolver en la cafetería del Palacio, donde hacía un remplazo de treinta días como cajera de la cafetería, aun siendo una persona con título profesional. Allí mismo cuenta que su padre José Guarín fue investigado como sospechoso de pertenecer al M-19 lo mismo que su hermana Cristina, por la Juez 14 Superior de Bogotá. También reconoce que su hermano Sebastián, sospechoso de la misma causa, reconoció entre los guerrilleros muertos a su amigo y compañero Fabio Becerra.
- La entrevista al Director del Departamento de Antropología de la Universidad Nacional, Doctor José Vicente Rodríguez Cuenca, por el periodista Ricardo Puentes Melo, en la cual el científico confirmó que los cadáveres de los supuestos desaparecidos fueron guardados por la Fiscalía General de la Nación y que se perdió la cadena de custodia. Dicha entrevista fue elevada a escritura pública en una notaría de Bogotá, y entregada con solicitud de cesación de procedimiento y libertad del Coronel Plazas al TSB. En el Tribunal no la tuvieron en cuenta.
- La presentación y declaración del supuesto denunciante Edgar Villamizar Espinel ante el Procurador General de la Nación en persona y con el lleno de todos los requisitos de ley, cosa que no sucedió con la primera supuesta declaración llena de errores, mentiras, falsedades e inconsistencias. Los dos magistrados del TSB en su condena, desestimaron la declaración de Villamizar ante la Procuraduría y le dieron valor a la inexistente denuncia de "Villarreal" en la Escuela de Caballería.
2- VILLAMIZAR SE PRESENTA ANTE EL JUEZ 55 DE BOGOTÁ
El veintitrés (23) de febrero de dos mil doce 2012, es decir con posterioridad a la sentencia de segunda instancia, y mientras se desarrollaba una audiencia en el juicio seguido contra el Coronel EDILBERTO SÁNCHEZ RUBIANO, cuando nadie se lo esperaba, pues había sido citado en cinco oportunidades anteriores y no se había presentado, sorpresivamente se hizo presente el Cabo Retirado EDGAR VILLAMIZAR ESPINEL ante el Juez cincuenta y cinco (55) penal del circuito de Bogotá; lo acompañó el periodista Ricardo Puentes Melo.
El suboficial exigió al Juez, por razones de seguridad y sus temores de que miembros de la Fiscalía atentaran contra él, que no se le tomaran fotografías ni filmaciones y que no ingresara la prensa. Esto le fue concedido.
En una extensa declaración, Villamizar ratificó lo que en mayo de 2011 había declarado ante la Procuraduría General de la Nación: que nunca lo había hecho en la Escuela de Caballería contra el Coronel Plazas Vega, que no conocía al Coronel Plazas y que nunca militó bajo sus órdenes. Que no estuvo en los hechos del Palacio de Justicia, que no salió de la jurisdicción de la Séptima Brigada en el departamento del Meta durante los días seis (6) y siete (7) de noviembre de mil novecientos ochenta y cinco (1985), que la declaración con la que condenaron al coronel Plazas no es de su autoría, que el nombre que allí aparece no es el suyo y la firma del documento tampoco la estampó él.
Hay que recordar que la supuesta declaración de Edgar Villamizar en la Escuela de Caballería el Primero de Agosto de 2007 fue firmada por seis personas a saber: 1.- el supuesto declarante, 2.- La Fiscal Buitrago, 3.- el Fiscal Auxiliar Cediel, 4.- el Procurador Delegado Henry Bustos, 5.- el investigador del CTI Pablo Vásquez y 6.- el investigador fotógrafo del CTI Efrén González.
Inició Villamizar la declaración en esas condiciones y se ratificó en todo lo que le había dicho al Procurador un año atrás. Manifestó que no estuvo en los hechos del Palacio de Justicia en esos dos días trágicos, ni con posterioridad, que no ha declarado ni el Primero de Agosto del 2007 ni nunca contra el Coronel Plazas Vega. No conoce al coronel y obviamente nunca ha militado bajo sus órdenes, la declaración que se le puso de presente nunca la ha depuesto y la firma que allí aparece no es la suya. ¿Para qué más?
Pero dijo cosas que se analizan más adelante. Fue interrogado por todas las partes procesales con preguntas tan ridículas por parte de la Fiscalía y del Colectivo de Abogados como que dijera como se llamaba el parque que queda frente a la casa donde dice que habitó hace quince años, o que relate las direcciones y teléfonos de los más de cinco lugares en los cuales ha vivido en los últimos 20 años, etc. Todo tratando de encontrar contradicciones buscando restarle credibilidad con miras a proteger a la Fiscal Buitrago que está en investigación preliminar. Estos interrogatorios de ningún modo estaban encaminados a buscar la verdad.
Entonces se viene a la carga la Gran Prensa (El Espectador, El Tiempo, Semana, Caracol, RCN, Colprensa y algunos más), en todos esos medios se habla ampliamente la ex Fiscal Ángela Buitrago y se juega la cabeza con el cuento de que Villamizar sí declaró ante ella.
Ante la insistencia de la ex Fiscal de que sí fue Villamizar quien declaró ese Primero de Agosto ante ella, pues entonces el Juez 55 de Bogotá citó a los dos miembros del CTI que firmaron al lado de la Fiscal Buitrago la supuesta declaración en la Escuela de Caballería, el investigador Pablo Vásquez y el fotógrafo Efrén González.
La prueba del Juez 55 pedida por la Fiscalía era de Perogrullo. Los miembros del CTI, tanto González como Vásquez estaban denunciados por Plazas Vega por el delito de Falsedad Ideológica en Documento Público desde el año 2009, al igual que la Fiscal Buitrago, el Fiscal Auxiliar Cediel y el resto de firmantes de la inexistente declaración. De modo que no había ninguna garantía de veracidad en su dicho ante este Juez.
Esa investigación había sido cerrada como parte del complot, el 03 de noviembre del 2010, por el Fiscal Primero Delegado ante la Corte, Doctor Luis Alfonso Triana Castiblanco, al cual dicha Corte había encargado las diligencias contra la Fiscal Cuarta Delegada, Ángela María Buitrago por los delitos de Fraude Procesal, Falsedad ideológica en documento público y Prevaricato. Era cuestión de tres puertas a la derecha en el mismo piso. Fácil. Triana le cerró la investigación a su colega sin ruborizarse. Ni más faltaba. Ni siquiera llamó a Plazas Vega a ratificarse en su denuncia.
Pero no contaban con que un abogado como Alejandro Ordoñez Maldonado era el Procurador General de la Nación. Un abogado que no pasa entero, de modo que tan pronto recibió la declaración de Villamizar en su despacho el 23 de Mayo de 2011, hizo dos peticiones a la Fiscalía General: por una parte, reabrir la investigación contra la ya ex Fiscal, Ángela Buitrago, y por la otra revocar la sentencia condenatoria contra el Coronel Plazas y otorgarle su libertad.
La primera petición fue atendida y se iniciaron diligencias preliminares contra la abogada Buitrago, diligencias que quedaron en preliminares, es decir dando la apariencia de cumplir el requerimiento del Procurador, pero en la práctica burlándolo. Y la segunda fue descaradamente desatendida, violando además, los derechos humanos del sindicado.
Mantener una condena luego de que aparece el supuesto testigo con cuya declaración fue condenado el sindicado; testigo que manifiesta que él nunca ha dado tal declaración, es sencillamente rastrero. Un símil: a Pedro lo acusaron de matar a Juan, y Pedro fue juzgado y condenado por la muerte de Juan. Cuando un tiempo después Juan apareció y dijo "estoy vivo, nadie me ha matado", los jueces le manifestaron que ya era tarde, Pedro estaba condenado y "las sentencias son para cumplirlas".
Así que en nuestro caso los agentes del CTI frente a un grupo de fotografías que les presentaron, lograron identificar las de Villamizar. Con eso se pretendía demostrar que Villamizar si había estado declarando en la Escuela de Caballería el Primero de Agosto de 2007, lo cual quedaba ratificado con el reconocimiento de dos funcionarios de la Fiscalía, los mismos que firmaron la espuria y falsa declaración que Villamizar nunca dio. La abogada Buitrago, el Fiscal auxiliar Cediel y el Procurador Delegado Bustos Alba eran los otros firmantes.
Sin embargo, en el interrogatorio al agente del CTI Pablo Vásquez, siguieron otras preguntas. No había ilación entre el cuento de la Fiscalía de que un señor Edgar había dicho por teléfono que tenía datos sobre los desaparecidos del Palacio de Justicia, y su presencia tiempo después en la Escuela de Caballería en la ya mencionada fecha. ¿Cómo supo el señor la fecha de la diligencia? Bien raro. Una diligencia que ni siquiera conoció la defensa del procesado la conocía un señor del cual apenas se sabía que se llamaba "Edgar" y eso por teléfono.
Entonces Vásquez aceptó que se había reunido con Edgar Villamizar y con dos funcionarios más de la Fiscalía, en la Biblioteca Luis Ángel Arango, meses antes de la supuesta declaración contra Plazas Vega. Agregó que además, con posterioridad, pero previamente a la falsa declaración, el 25 de julio de 2007, se reunieron nuevamente en una cafetería al norte de la Escuela de Caballería. En esta nueva reunión, como las personas asistentes eran diferentes, el agente del CTI Vásquez afirma que Villamizar les contó toda una película y les dio nombres de miembros del Ejército autores de torturas y desapariciones y les hizo unos mapas a mano alzada de los supuestos lugares donde enterraron a sus víctimas.
La defensa del Coronel Sánchez le pidió que lo comprobara y desprevenidamente el interrogado les mostró los manuscritos con los mapas. La defensa pidió agregarlas al proceso y el Juez además pidió enviarlas al estudio grafológico que sobre la firma de Villamizar ordenó realizar.
En este estado de la diligencia, la defensa preguntó quienes asistieron a las reuniones. Vásquez dio como asistentes a la primera reunión, los nombres de un señor Suárez y otro. Y ¡oh sorpresa!, a la segunda reunión en la cafetería cercana a la Escuela de Caballería, asistió la Fiscal Ángela María Buitrago. La audiencia del juicio al coronel Sánchez Rubiano, quedó estupefacta. Eso invalida radicalmente la supuesta declaración del 1º de Agosto de 2007 en la Escuela de Caballería, y de hecho pasa a comprobarse un montaje, como lo había establecido con meridiana claridad el magistrado Lara Acuña en su Salvamento de Voto, un mes antes.
Siguió el interrogatorio en la audiencia del Juez 55, y Vásquez era un cúmulo de nervios. Pregunta el Juez: ¿Cómo explica que en la guardia de la Escuela de Caballería no vieron entrar a Villamizar? Y Vásquez contesta: “la Fiscal Buitrago le ordenó entrar a Villamizar en secreto (a escondidas) en un carro”.
Esto es increíble. Una funcionaria de ese nivel "Delegada ante la Corte Suprema de Justicia" engañando a un funcionario de control militar para meter una persona que va a ser oída en una diligencia Judicial al interior de un cuartel? ¿Esto qué es?
Nueva pregunta del Juez 55: Si bien engañó al Sargento de la Guardia, ¿cómo hicieron para que el Capitán de la Escuela de Caballería Diego Tobar, quien debía acompañar a la comisión judicial desde su ingreso hasta su salida no advirtiera la presencia de Villamizar? La inocente mentira del miembro del CTI Vásquez es que a Villamizar le tomaron la declaración entre un carro.
¿Cómo? Supuestamente metieron el computador entre el carro y allí realizaron la diligencia. Entre el carro estaban: la Fiscal, el Fiscal auxiliar, los dos agentes del CTI, el Procurador Delegado y el declarante. "No dejaron entrar al Capitán". Y no han dicho que pasó con el conductor. (Hay una broma de niños que dice: ¿Sabe Ud. como se meten cuatro elefantes entre un volkswagen? Respuesta, dos adelante y dos atrás). No quedó claro como imprimieron el documento, pero pudo ser con el motor del carro, porque supuestamente allí lo firmaron.
Entonces salió el diario El Espectador, lanza en ristre a defender a la ex fiscal Buitrago, con el cuento de que "por razones de seguridad" la Fiscal Buitrago le tomó una declaración juramentada a Villamizar en una cafetería. ¿Acaso no era más seguro el Bunker de la Fiscalía? ¡Esto raya en el ridículo!
¿Y por qué no llamaron a declarar a los catorce (14) suboficiales, que supuestamente viajaron en el helicóptero que trajo a Villamizar a apoyar a la Escuela de Caballería? En 1985 no había en Colombia helicópteros con esa capacidad de transporte, pero si así hubiera sido, ¿por qué la Fiscal “de hierro” no los llamó a interrogatorio? ¿Por qué si fueron los autores materiales de los crímenes, no los ordenó capturar?
¿Y por qué la "declaración juramentada" realizada en la cafetería por supuestas “razones de seguridad” no aparece en el proceso?
¿Y cuál era la razón para impedir que se enteraran en la Escuela de Caballería que entraba una persona a declarar?
¿Y cuál la razón para que se burlara al Capitán Tobar, tomándole una declaración a una persona, apretujados los sujetos procesales entre un carro, sin la presencia de la defensa, y sin que él se enterara?
3- CONCLUSIONES SOBRE VILLAMIZAR
Algunos se preguntarán: ¿por qué se hacen estas apreciaciones? Pues porque el coronel Plazas no cometió ningún delito. Lo único que sabe, es que no desapareció a ninguna persona y que está condenado en segunda instancia a treinta años de prisión. Plazas estaba combatiendo a unos facinerosos que asaltaron la sede de la Rama Judicial, y rescatando rehenes. Plazas no era del arma ni de la especialidad de Inteligencia Militar. Era un Oficial operacional, de combate y con tanques. De modo que los colombianos e preguntan: ¿cómo armaron este complot que tanto daño le ha hecho al oficial que se jugó la vida por rescatar personas en tan difícil situación, como acabaron moral y económicamente a su familia, afectando a su círculo de amigos y reaccionados, al Ejército nacional y a la nación entera?
¿Qué es lo que se concluye? Que a Villamizar no lo suplantaron. Villamizar no se retractó, nadie se puede retractar de una declaración que no ha rendido. Sencillamente tanto la Fiscal como los demás firmantes de la declaración armaron un libreto y lo firmaron. Es por eso que Villamizar afirma que no firmó nunca el documento de la acusación a Plazas Vega, el cual solo vino a conocer, cuando se lo pusieron de presente en la Procuraduría el 23 de Mayo de 2011.
Lo más probable es que las reuniones, que en su interrogatorio confesó el funcionario del CTI Pablo Vásquez, ante el Juez 55 del Circuito de Bogotá, son ciertas. Como igualmente la reunión de la cafetería Olímpica al norte de la Escuela de Caballería, el 25 de Julio, de la Fiscal Buitrago, con Pablo Vásquez y Villamizar si fue cierta. Y es un grave prevaricato.
Es probable que la Fiscalía haya visto en "Edgar" (como se identificaba) la oportunidad para acabar con el coronel Plazas Vega (y con nadie más, como los hechos lo demuestran), en cumplimiento de compromisos que todos podemos imaginar, para satisfacer deseos de venganza contra quien eficazmente enfrentó al M-19, las Farc y sobre todo al narcotráfico. Entonces entrevistaron informalmente a Villamizar quien siempre se identificó como "Edgar", y seguramente en algún momento dio el apellido muy de carrera y no lo copiaron bien, o sencillamente les dio el apellido cambiado de Villarreal. De modo que así lo registraron en el libreto. Y el libreto lo armaron del manuscrito y de las historietas que este hombre les pudo haber fabricado en su afán de darse tono de combatiente, no de calumniar a nadie.
Eso explica porque dos veces dijo que el comandante del Grupo Antiextorsión era Jairo Alzate Avendaño. También explica los errores en los datos personales, por qué nadie lo interrogó al respecto, sino que la montada declaración es tan solo un monólogo.
Obviamente Villamizar no entró jamás a la Escuela de Caballería. Ni la supuesta declaración entre un carro (traída de los cabellos más de cuatro años después) tuvo lugar. Y por eso ni el Comandante de Guardia, ni ninguno de sus subalternos, atentos en ese lugar a identificar a quienes ingresaban, lo vio entrar. Cuanto más en tratándose de una comisión judicial. Y es por eso que con la misma firmeza, Villamizar se sostiene ante la Procuraduría y luego ante el Juez 55, en su afirmación de que él no declaró en la Escuela de Caballería.
Y por eso las inconsistencias de la declaración, porque era un libreto armado sobre un manuscrito y unas versiones fantasiosas, casi alucinantes. Y por eso el papel de la declaración no tenía el membrete de la Fiscalía, y las letras eran de un tipo diferente a la del acta de la Prospección que se hizo ese día, y de diferente tamaño.
Y por eso no hubo fotografías ni filmaciones ese día como lo afirmó la Fiscal Buitrago mintiendo en el juicio. Porque ella nunca se imaginó que Villamizar apareciera y que el Magistrado Lara Acuña insistentemente durante más de un año le pidiera el CD de las fotografías y videos que jamás pudieron ser enviados al TSB, porque nunca los tomaron, a pesar de ser la única razón de la presencia del investigador fotógrafo Efrén González. Ni se establece el lugar, que supuestamente Villamizar les dijo, que había sido utilizado para inhumar los cuerpos de las desgraciadas víctimas de los militares de inteligencia, supuestamente subalternos del Coronel Plazas Vega quien nada tenía que ver con Inteligencia. ¿Cómo fue posible esa omisión de localización, si en eso era que estaban en la Escuela de Caballería?
Anotemos que al final de la falsa diligencia del 1º de agosto de 2007, se habla de una nueva sesión, que nunca ocurrió. Villamizar se les perdió. Por eso hay que cuidar a Villamizar. Es que él tiene mucho más que contar.
Foto Diario ADN