Juan Pablo II y Juan XXIII ya son santos
Miles de feligreses alrededor del mundo, siguieron paso a paso la canonización de estos dos papas, que se llevó a cabo hoy desde Roma.

Juan Pablo II (1978-2005) y Juan XXIII (1958-1963), ya son santos tanto para la Iglesia Católica como para los millones de fieles que acompañaron esta doble canonización, presidida desde la Plaza de San Pedro por el papa Francisco.
Una ceremonia hermosa, cargada de emociones, satisfacción y fe, fue la encargada de presentar a los católicos los dos nuevos santos que dirigieron en su momento la iglesia a nivel mundial.
El hecho de presentar por primera vez una canonización simultánea y de dos papas tan queridos por los católicos, generó que más fieles de todas partes del mundo viajaran de un lado a otro para conseguir entrar y seguir desde cerca este hecho histórico.
En la Plaza de San Pedro, seno de la Iglesia Católica, miles de personas y cientos de católicos colombianos, acompañaron el culto que llevó a Juan Pablo II y a Juan XXIII a los altares, allí el papa Francisco presidió la segunda ceremonia de canonización durante su papado después de la que llevó a santa a la Madre Laura, de nacionalidad colombiana, el 13 de mayo del año pasado.
Juan Pablo II, el papa que fue santo por aclamación popular y Juan XXIII conocido mundialmente como el "papa bueno" y de la paz, fueron acompañados en su ceremonia de canonización por el papa emérito Benedicto XVI, casi 150 cardenales y mil obispos de todo el mundo; cerca 6000 sacerdotes que los asistieron en la comunión de los más de 800.000 feligreses que llegaron a Roma para presenciar este hecho inédito en la Iglesia Católica, según información de medios internacionales.
Para muchos de los fieles, el protagonista fue Juan Pablo II, sin duda alguna un papa mediático, carismático, amoroso, que llenó los corazones de miles de personas que fueron testigos de su bondad pues durante su pontificado no desperdició ni un solo segundo de su tiempo para comunicar al mundo el evangelio.
La canonización del papa polaco que surgió tan solo nueve años después de su muerte, deja en evidencia los milagros que este llegó a hacer los cuales fueron necesarios para ascenderlo a los altares.
"Juan XXIII es uno de los papas más importantes y más relevantes de la historia del cristianismo porque consigue enterrar 15 o 16 siglos de historia y recupera lo que sería el verdadero cristianismo, que se refleja en el diálogo, no en la condena. El diálogo con la cultura moderna, con los no creyentes, con las otras tradiciones religiosas y dentro de la propia Iglesia Católica", le dijo a BBC Mundo el teólogo Juan José Tamayo.
El primer milagro de Juan Pablo II
A Juan Pablo II, quien gobernó la Iglesia Católica entre el 16 de octubre de 1978 y el 2 de abril de 2005, se le reconocen mundialmente dos milagros. En ambos casos se trata de la sanación de enfermedades.
El primero, corresponde a la sanación de la religiosa francesa Marie Simon-Pierre, quien padecía de Parkinson, trabajaba en una clínica de maternidad en París (Francia) y se sano luego de pedir por su salud al papa polaco. “Ese día por la mañana yo estaba completamente impedida y ya no podía más”, indicó, por lo que solicitó su renuncia a la superiora de su comunidad para “dejar de brindar mi servicio en la maternidad donde trabajaba (…). Yo no puedo hacer que esto deje de avanzar, no es posible". El 14 de enero de 2011 la religiosa contó a la cadena francesa KTOtv y a la cadena italiana RAI Vaticano que su curación sucedió el 2 de junio de 2005.
Sin embargo, su dimisión fue rechazada pero a cambio la superiora le propuso pedir por su sanación a Juan Pablo II.
Cuando esto sucedió, afirman que de repente empezó a sentirse tranquilidad y paz en la oficina de la religiosa, poco después pidieron a Marie escribir el nombre de Juan Pablo II pero debido al mal estado en el que se encontraba su brazo izquierdo, le fue imposible.
Sor Marie acudió a la misa de 6:00 a. m. que se celebraba en su capilla y fue ahí cuando "me di cuenta de que mi brazo izquierdo ya no se quedaba inmóvil al caminar sino que se balanceaba normalmente. En la eucaristía tuve la certeza de que estaba curada", según información de AciPrensa.
“Han pasado ya 10 meses desde que interrumpí todo tipo de tratamiento. He vuelto a trabajar normalmente, no tengo dificultad para escribir y conduzco también en recorridos largos. Me parece como si hubiese renacido: una vida nueva, porque nada es igual que antes”, aseguró la religiosa francesa Marie Simon-Pierre.
Cabe resaltar que el papa polaco sufrió de Parkinson y poco antes de su muerte apenas podía ponerse en pie y hablar.
El segundo milagro, un aneurisma
El segundo milagro atribuido a Juan Pablo II, habla de la sanación de una mujer de nacionalidad costarricense a la que los médicos declaraban como desahuciada tras ser afectada por un aneurisma que le tapaba la arteria cerebral. El milagro fue reconocido por la Iglesia a través del testimonio de Floribeth Mora.
El 1 de mayo de 2011, día en que el papa polaco fue beatificado por el entonces papa Benedicto XVI, la familia de la costarricense pidió a Juan Pablo II que sanara a Floribeth de la enfermedad y se disolviera el coágulo de sangre que había en su cerebro.
“No me levanté de un brinco, pero empecé a sentir paz, mi agonía ya no estaba", contó a BBC. "El proceso de sanación de mi cuerpo se fue dando paulatinamente".
Según información publicada en diarios de Costa Rica, el neurocirujano Alejandro Vargas Román, que atendió a Floribeth Mora durante su enfermedad, confirmó que no encontró explicación científica a la desaparición del aneurisma que afectaba a Floribeth cuando analizaron exámenes posteriores a aquel 1 de mayo de 2011.
Juan XXIII, “El papa bueno”
Angelo Giuseppe Roncalli, más conocido como Juan XXIII, dirigió la Iglesia Católica durante 1958 y 1963, tiempo en el que se convirtió en el “papa bueno” por revolucionar la Iglesia.
Su aportación fundamental al catolicismo, fue precisamente la proclamación del Concilio Vaticano II, con este concilio, pidió a todos los obispos del mundo a promover la adaptación de la Iglesia a los nuevos tiempos y a decidir la forma más comprensible para trasmitir el mensaje de Dios a los fieles católicos.
Su primer milagro se atribuye a una religiosa Caterina Capitani a la que le diagnosticaron una perforación gástrica hemorrágica con fistulación externa y peritonitis aguda, una enfermedad estomacal incurable.
Pero, fue el 22 de mayo de 1966, cuando las hermanas de la Capitani, le colocaron una imagen del Santo Papa en el estómago, poco después la religiosa se sintió más aliviada y pidió a las hermanas de comer.
La comisión de teólogos de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano reconoció el milagro pues la ciencia no logró justificar el hecho.
A diferencia de otros santos, Juan XXIII se convirtió en santo con tan solo un milagro confirmado.