Deshojando margaritas
Un buen augurio es que el ministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta Medina, hace dos días ratificó a través de CM& el compromiso del presidente Santos.
Hoy es día de fiesta para Colombia. Juega nuestra selección de fútbol su segundo partido en el Mundial de Brasil. Tenemos un encuentro bravo por delante, Costa de Marfil demostró en su primera presentación que los elefantes africanos son duros rivales, le ganaron 2-1 a Japón. Colombia saldrá a buscar la clasificación con un equipo de guerreros incomparable, cuyo DT José Pékerman la tiene clara (cuando me refiero a guerreros y a clara, no estoy hablando de política). Qué bueno sería un 2-0 a favor nuestro, para no sufrir con los japoneses en el último encuentro. Fuerza Colombia.
Compromisos
Estamos en plenas fiestas san pedrinas y deberíamos referirnos a folclor, reinas, bambucos, asado, mistela, doble anís, cabalgatas, desfiles y bandas musicales. Pero no. Hay tanta preocupación en la gente por el futuro que nos espera, que prefiero hablar del reelecto presidente. El jueves 12 de junio, tres días antes de elecciones, en su visita a Neiva, el mandatario de los colombianos, Juan Manuel Santos, se comprometió con nuestro departamento a devolvernos los recursos de las regalías del petróleo, a construir la doble calzada Girardot-Neiva-Pitalito-Mocoa y a terminar y pavimentar el anillo turístico del sur. Eso animó a 96.000 huilenses a votar por él y creo que lo justo es que el presidente honre su palabra y le cumpla a nuestra gente. Un buen augurio es que el ministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta Medina, hace dos días ratificó a través de CM& el compromiso del presidente Santos y anunció que comenzará a gestionar lo prometido.
¿Y si no cumple?
A pesar de lo dicho hay mucha gente escéptica porque a los huilenses nos han engañado muchas veces. Si el presidente no cumple, sea por el motivo que fuere, hay un grueso sector de la dirigencia política y gremial dispuesta a ponerse las pilas para liderar algo así como la cruzada que logró reversar la explotación de la cuenca del río Las Ceibas. Amanecerá y veremos.
Compensación
El compromiso respecto a las regalías, tres días antes de elecciones, en palabras textuales del presidente, fue el siguiente: “Las inversiones de las regalías directas no van a tener que aprobarse por los Ocad y van a llegar directamente a los municipios y departamentos productores de petróleo, como es el caso específico del Huila”. También dijo que están trabajando en la implementación de un mecanismo por el cual a los departamentos productores de petróleo “los vamos a compensar por la vía del presupuesto nacional”. Afirmó que sus propuestas obedecen a la atención que le han merecido las reclamaciones de congresistas, gobernadores y alcaldes de las regiones productoras de petróleo que se duelen de los efectos negativos que trajo la Ley de Regalías. “En no pocas ocasiones se presentan situaciones de inequidad por la vía de las reformas y este es el caso que nos ocupa y las vamos a corregir”, aseguró Santos.
Gran error
Todo parece indicar que el Gobierno Nacional se ha dado cuenta que cometió un gran error al quitarle las regalías a las regiones productoras. Ocurre que ninguna quiere que le exploren sus terrenos, precisamente porque no hay compensaciones. Esa decisión centralista se le ha devuelto al Gobierno Nacional como un bumerang. Puedo jurar que llegará el momento en que en cualquier parte del país la ciudadanía se opondrá y se parará en la raya para no permitir la exploración y mucho menos la explotación petrolera. Es apenas obvio, porque las compañías vienen, explotan, depredan, se llevan el dinero y nosotros quedamos con nuestras tierras erosionadas y ni siquiera recibimos unas compensaciones que nos permitan invertir en el mejoramiento de la calidad de vida de nuestra gente.
Cumplirle al Huila
Algún amigo político al que le comenté el tema, me decía que los huilenses no tenemos derecho a pedir nada porque no le votamos a Santos, que aquí en el Huila ganó Zuluaga con 262.000 votos. No estoy de acuerdo. Pienso que el que promete tiene que cumplir, al menos en consideración con los que votaron por Santos porque creyeron en su palabra.
Grave problema
He leído críticas al Parque Santander de Neiva por lo horrible e invadido que está. Entiendo que el Gobierno Municipal está planeando hacer una intervención integral que solucione de raíz el problema. En mi concepto, nada de lo que se haga perdurará mientras el Parque no tenga total seguridad. Recuerdo que cuando fui secretaria general en el gobierno de Diego Omar Muñoz Piedrahita, año 1987, este lugar era responsabilidad de la gobernación, es decir le correspondía su cuidado a mi despacho. Nos pusimos en la tarea de sembrarle plantas y embellecer sus jardines, asearlo en su totalidad, cambiarle las baldosas y ladrillos dañados, ponerle tomas de agua para el riego de la vegetación, arreglarle la pila de agua, la cual era muy hermosa cuando estaba prendida. Al poco tiempo, a pesar de la vigilancia del sector, nos destruyeron muchas de las cosas que habíamos mejorado. Creo que hoy todavía pasa igual.
Solución
Con el apoyo del comandante de la Policía de la época, se decidió instalar un CAI en el costado suroccidental del Parque Santander, como única manera de proteger el corazón de nuestra ciudad. Era necesario hacerlo en material para que fuera un lugar seguro para los uniformados. Conseguimos los recursos para los materiales con la Beneficencia del Huila, que en esa época tenía como gerente a Santiago Cardozo. Los planos y la mano de obra los suministró la Secretaría de Obras Departamentales, cuyo titular era León Ocampo Ospina. Obviamente la estructura del CAI estaba totalmente acorde con el estilo de nuestro bello parque, cuyo diseño obtuvo el primer premio en la primera Bienal de Arquitectura de Quito, realizada hace 36 años.
Defensores de la estética
Tal vez por esa distinción había mucha sensibilidad respecto al cuidado de su diseño. Y seguramente eso motivó para que de allí se prendieran un grupo de defensores de la estética para lograr que el alcalde de la época, Jairo Morera Lizcano, ordenara la demolición de la obra cuando estaba a punto de concluirla. Nuestros arquitectos pensaban, a lo mejor con razón, que el CAI reñía con la belleza del parque, pero está demostrado que era preferible eso a lo que tenemos hoy.
Reflexión
Cuando se dio la orden de demoler el CAI, ya no estábamos en el gobierno ninguno de los mencionados y de nada sirvió el pataleo para evitar la decisión. A ratos pienso que si la obra hubiera permanecido, hoy tendríamos el Parque libre de todos los problemas que lo aquejan. No vale la pena llorar sobre mojado, pero sí cabe una reflexión para muchos de esos que hoy día critican el deterioro del Parque y en su momento fueron opositores de la construcción del CAI. De pronto hasta razón tenían porque todavía la situación no era tan lamentable, aunque a decir verdad se veía venir. Hoy día el problema es muy grave y a pesar de la voluntad del gobierno municipal no se ha podido solucionar. Eso es como una enfermedad, entre más avanzada más difícil de controlar. Dios quiera que todavía haya tiempo para encontrarle el remedio.