jueves, 11 de septiembre de 2025
Actualidad/ Creado el: 2014-04-19 10:57

Cronología de la vida de un genio

Si escribo un cuento, me siento satisfecho de avanzar una línea por día.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | abril 19 de 2014

Si es una novela, trato de avanzar una página. En términos generales, el trabajo es más fluido a medida que se avanza y el rendimiento es mayor. Por eso la novela es más hospitalaria que el cuento: sólo hay que empezar una vez, en tanto que empezar cada cuento cuesta tanto trabajo como empezar una novela completa (G. G. Márquez). 

Gabriel García Márquez nació el 6 de marzo de 1928 en Aracataca, departamento del Magdalena. Sus primeros ocho años los vivió con sus abuelos en su pueblo natal. A partir de la muerte del coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía “Todo le crece a García Márquez de esa infancia: de la abuela, el caserón, las leyendas, los ensalmos y el abuelo, -la figura más importante de mi vida”.

Aprendió a leer con la profesora Rosa Elena Fergusson, quien fundó en Aracataca la escuela María Montessori.

La familia se traslada a Sucre, pero el niño es enviado a estudiar en Barranquilla. Los primeros años de bachillerato los cursó en el Colegio de Jesuitas.

Su profesor huilense

En 1940 obtiene una beca para estudiar en el Colegio Nacional de Zipaquirá: “Había salido de Aracataca con una beca para el Colegio Nacional de Zipaquirá, y luego de un viaje endiablado por el río y una trepada feroz de la montaña en tren, tuve mi primer contacto con la capital – que era un lugar lejanísimo, un verdadero otro mundo – en la estación del ferrocarril”.

Sobre esa misma experiencia dice: “Los cachacos son gente oscura y me asfixio en la atmósfera que se respira en la ciudad”.

Tuvo como profesor de literatura a Carlos Julio Calderón Hermida, de origen huilense, entre 1944 y 1946. Al publicar La hojarasca, se la obsequia con estas palabras: “A mi profesor Carlos Julio Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza esa vaina de que yo escribiera”. Ocho meses antes de recibir el Nobel, García Márquez, lo vuelve a recordar al decir: “Calderón Hermida era el profesor ideal de literatura”.

Sobre esa experiencia escribe: “Una de las personas inolvidables en mi vida es la profesora que me enseñó a leer a los cinco años. Era una moza bonita y sabía que no pretendía saber más de lo que podía, y era tan joven que con el tiempo acabó siendo más joven que yo. Era ella la que nos leía, en clase, los primeros poemas. Recuerdo con la misma gratitud al profesor de literatura del colegio, un hombre modesto y prudente que nos conducía por el laberinto de los buenos libros  sin interpretaciones rebuscadas. Este método posibilitaba a sus alumnos una participación más personal y libre en el milagro de la poesía. En síntesis, un curso de literatura no debería ser más que una buena guía de lecturas. Cualquier otra pretensión no sirve más que para asustar a los niños. Pienso yo, aquí entre nosotros”.

En 1946 culmina sus estudios de Bachillerato. Por petición de los padres en 1947 ingresó a la Universidad Nacional a estudiar Derecho, carrera que no culminó. Tuvo como profesor a Alfonso López Michelsen, se hizo amigo de Camilo Torres Restrepo.  Ese mismo año, el 13 de septiembre, Eduardo Zalamea Borda le publica su primer cuento en El Espectador “La tercera resignación”, sobre el que un crítico dijo que: “Se estaba frente a algo completamente nuevo y cargado de potencialidades...”.

En 1948, para el 9 de abril, García Márquez presenció, entre otras cosas, el incendio de la pensión de la calle Florián, donde vivía. La Universidad Nacional fue clausurada, razón por la que se va a Cartagena al lado de su familia, continúa los estudios, trabaja en el periódico El Universal, a donde llegó por recomendación de Manuel Zapata Olivella.

En 1950, en Barranquilla, conoció a sus grandes amigos: Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas, Alfonso Fuenmayor, Ramón Vinyes y José Félix Fuenmayor. Trabaja en El Heraldo de Barranquilla y escribe la columna “La jirafa”. En 1951 concluye “La Hojarasca”, que es rechazada por Editorial Losada y devuelta con una carta del crítico Guillermo de Torre en la que dice: “Que no solamente el libro era impublicable, sino que el muchacho que lo había escrito no tenía porvenir.”

Periodismo y literatura

El 24 de diciembre de 1952, El Heraldo publica el primer capítulo de La Hojarasca, con el título de “El invierno”. Entonces se pierde su rastro y por algún tiempo no se sabe con precisión a qué se dedicó, algunos afirman que vendió enciclopedias con Álvaro Cepeda, en La Guajira.

De 1954 a 1955 Álvaro Mutis incide en su regreso a Bogotá, donde trabaja en El Espectador en crítica de cine, editoriales y reportajes. De esta época son: “La marquesita de la Sierpe” y “Relato de un náufrago”.

En 1955 se publicó su primera novela, La Hojarasca. Gana el Primer Premio en el Concurso de la Asociación de Escritores y Artistas. Las directivas de El Espectador, decidieron que fuera como corresponsal a Ginebra para cubrir La Conferencia de los Cuatro Grandes. 

Su vida en París

A finales de 1956 salda la deuda acumulada de hospedaje por 120.000 francos al matrimonio Lacroix en París y termina El coronel no tiene quien le escriba, esto lo deja ver en la obra, al relatar la desesperanza de un viejo oficial de la guerra de los Mil Días, ansioso,  en la espera de la carta oficial con el anuncio de la pensión de retiro. Entrega la obra a Jorge Gaitán Durán, quien la publica en la revista Mito (mayo – junio, 1958).

A mediados de 1957, se vincula a la revista Momento, viaja a Venezuela, donde es testigo de los últimos momentos de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.  Con Plinio Apuleyo Mendoza, se une a la delegación de Delia Zapata y Manuel Zapata Olivella en su gira por la Unión Soviética.

En 1959, Jorge Ricardo Massetti, por solicitud de Ernesto “Che” Guevara lo convence, junto a Plinio Apuleyo Mendoza, de hacerse cargo de la oficina de Prensa Latina en Bogotá, la que finalmente se abre en febrero, con el fin de divulgar información veraz sobre la Revolución cubana.

Ese mismo año, por presiones políticas  del gobierno de Estados Unidos, deja Prensa Latina y viaja a México, en donde recibe el apoyo de sus amigos Álvaro Mutis, Plinio Apuleyo y trabaja con Carlos Fuentes y Juan Rulfo en los guiones para cine: El gallo de Oro y Pedro Páramo.

En 1961 el editor Alberto Aguirre publica la primera edición de “El coronel no tiene quien le escriba”. Gana el Premio Literario Esso con La mala hora, novela que fue publicada en 1962.

La obra fue enviada al concurso bajo el título de Este pueblo de mierda, pero el presidente del jurado, Félix Restrepo, S. J., se opuso a premiarlo, por lo que buscaron a su amigo Guillermo Angulo, para cambiarle el nombre.

El boom de Cien años de soledad

De 1962 a 1965 no se sabe de producción significativa alguna. En enero de 1965 inicia el gran proyecto en el que trabajó sin descanso durante dieciocho meses: Cien años de soledad.

En 1967 se traslada a Barcelona donde vive hasta 1975. En junio de ese año la Editorial Sudamericana de Buenos Aires publicó Cien años de soledad, de la que críticos importantes, entre ellos Carlos Fuentes, hacía elogiosos comentarios, pues ya habían sido publicados, algunos capítulos. En dos semanas se vendieron en esa ciudad cinco mil libros. Se hacen nuevas reediciones y es traducida rápidamente a casi todos los idiomas. Gana en Italia el premio Chianciano, en Estados Unidos es seleccionado entre los dos mejores libros de la década del setenta.

1969, está dedicado a escribir El otoño del patriarca, entrega los primeros borradores a Carmen Balcells con la condición de leerlos a partir del 1 de abril de ese año. En enero de 1970, Cien años de soledad fue declarado en Francia Mejor Novela Extranjera de 1969, García Márquez se negó a ir a recibir el premio. En Estados Unidos la misma novela recibía grandes elogios, lo mismo en Londres y otras partes del mundo. 

Premios y reconocimientos

En 1971, Mario Vargas Llosa publicó “García Márquez: Historia de un deicidio”, prohibida por muchos años. En el mismo año, la Universidad de Columbia, de Nueva York, le otorga el doctorado Honoris Causa en Letras. Viaja a Estados Unidos. Sigue de cerca el caso Padilla. Regresa a Colombia, en busca de un ambiente propicio para escribir sobre las dictaduras.

En 1972 gana el premio Rómulo Gallegos de literatura en Venezuela que dona al MAS (Movimiento al Socialismo), y al Comité de Solidaridad con presos políticos, especialmente con causas de Chile, Angola, Nicaragua, Vietnam y Cuba.

En 1976, publicó, Crónicas y reportajes, en donde recoge sus trabajos, escritos para El Espectador entre 1954 y 1955. En 1977 publicó Operación Carlota, que trata de la participación de Cuba en la guerra de Angola. La novela La mala hora es llevada a la televisión en Colombia.

En 1979, es recibido en España por el rey Juan Carlos I. Se  entrevista con el papa Juan Pablo II. En 1981, publica Crónica de una muerte anunciada, por problemas con el gobierno colombiano se exilia en México el 25 de marzo.  El gobierno Francés le concede la Legión de Honor. Entre 1981 y 1982 publicó la recopilación periodística Textos Costeños y Entre Cachacos.

El Nobel de Literatura

En octubre de 1982 la Academia Sueca le concede el premio Nobel de Literatura. En la ceremonia de premiación expresó:

Todo 1983, está dedicado a gestiones políticas sobre Centro América y Colombia. Se entrevista con Jaime Bateman, jefe del M – 19. Regresa al país por gestiones del presidente Belisario Betancur, va a Aracataca.

El año 1984, está dedicado a escribir El amor en los tiempos del cólera. Para 1985 sale, tal vez su obra más humana y tierna El amor en los tiempos del Cólera. Es la historia de dos enamorados que se casan en el ocaso de sus vidas, por lo que nunca consuman su matrimonio. El romance entre Florentino Ariza y Fermina Daza dura 51 años, nueve meses y cuatro días.

En 1989 publica El general en su laberinto, en donde se refleja la soledad, la contracara del poder y el amor. Allí se narra el último viaje emprendido por Simón Bolívar y los días finales en su lecho de enfermo en Santa Marta.

En 2002 publica Vivir para contarla, obra autobiográfica. El contenido del libro es totalmente personal, por eso, tal vez, el goce del mismo está en las deslumbrantes e intensas anécdotas que nos va dejando conocer con precisión sobre distintas situaciones vividas en diferentes etapas de su vida.

En 2004 publica Memoria de mis putas tristes, una novela en donde Gabriel García Márquez cuenta, la historia de un anciano que establece una relación platónica con una joven.

A comienzos del mes de abril de este año enfermó y fue internado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán de Ciudad de México. Fue dado de alta el día 8 y llevado a su residencia donde falleció el jueves 17 de abril de 2014. 

FÉLIX RAMIRO LOZADA FLÓREZ

Especial para Diario del Huila