Con don Hernando, DIARIO DEL HUILA llegó primero
Sentado en la silla mecedora de la sala de su casa, Hernando González confiesa que todos los días añora regresar a su trabajo en el DIARIO DEL HUILA. Fue el conductor del periódico durante 20 años y una trombosis lo pensionó.

Incontables fueron las rutas que recorrió don Hernando González con la adrenalina de ser el primer medio de comunicación en llegar al sitio de los hechos. Su osadía condujo a periodistas y fotógrafos al lugar de la noticia. No importó el día, la hora o si llovía. Las trochas de la violencia se escribieron gracias a su habilidad en el volante mientras en su casa sus dos hijas lo veían poco.
A tomas guerrilleras, desastres naturales y ferias y fiestas conducía don Hernando González. Él, quien recibió el reconocimiento como Mejor Funcionario por su calidad humana, le gustaba el riesgo, gozaba la acción. “Llegábamos como fuera”, cuenta. Sólo le decían el destino y El Gordo, como lo llamaban, sabía cómo llegar.
Dos décadas de aventuras
Sus manos temblorosas escudriñan en las imágenes que le fue dejando el tiempo, los veinte años que le entregó al DIARIO DEL HUILA y a quienes redactaron sus páginas. Con la búsqueda, don Hernando va recordando anécdotas que vivió junto a los profesionales del periodismo. El periódico se convirtió en su otra casa. “Nosotros no le veíamos la cara cuando trabajaba. A veces nos angustiábamos”, cuenta su hija mayor.
“Éramos los primeros en llegar, decían ¡Llegó la prensa!, la gente nos reconocía que éramos del Diario”, recuerda. Y lo dice con orgullo. También sonríe. Los viajes en ocasiones duraron más de un día. Llegó al ‘aeropuerto’ de Hobo cuando secuestraron al exsenador Jorge Eduardo Géchem en el 2002, a la liberación de unos comerciantes garzoneños en 2004 y a muchos cruces de balas entre fuerza pública y guerrilla en diferentes municipios huilenes.
- Cuando el Huila era podrido en esas tomas guerrilleras nosotros llegábamos primero. Era una tensión alta. Ver muertos, incendios, destrucción -asegura El Gordo.
- ¿Cómo se protegían?
- Nos protegía Dios y la Virgen.
- ¿Y su familia qué decía?
- Mi familia se angustiaba pero era mi trabajo.
- ¿Un viaje que recuerde?
- En una de las tomas a Vegalarga nos fuimos y entramos de mañanita. Llegamos Germán Hernández (hoy editor general) y Alejandro Saavedra (fotógrafo) si la memoria no me falla. Los helicópteros bombardeaban, había heridos. Yo estaba escondido en una casa cuando escuche que habían herido a un periodista y me fui corriendo a buscar a mis compañeros. Era un colega de otro medio. Para salir de allá nos tocó meternos en medio de unas ambulancias.
- ¿Pensó alguna vez en renunciar?
- Nunca. Me gusta la acción, gozaba con eso.
Más que un conductor
A don Hernando le falta tiempo para contar todo lo que vivió y a esta página espacio. “En un día no alcanzo”, comenta. Sin embargo, en el corto lapso que compartió sus vivencias, rememoró los recorridos por los pueblos del Huila haciendo los cobros a las personas que vendían los periódicos. Cada mes lo hacía. También fue el modelo para una pauta publicitaria.
El DIARIO DEL HUILA, asegura, fue y ha sido su segundo hogar. “Sigo siendo muy leal”. En el 2008 una trombosis lo obligó a dejar sus labores pero no a extrañarlas. Se pensionó y ahora todos los días después del desayuno está desocupado. En algún rinconcito de su casa guarda los recuerdos. Periódicos, fotografías y cartas le hacen juego a su memoria.