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Actualidad/ Creado el: 2014-11-06 10:02

29 años de un holocausto

Por una llamada telefónica se pudieron evitar muertes y desapariciones.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | noviembre 06 de 2014

Luego de 29 años de la toma del Palacio de Justicia en Bogotá (6 y 7 noviembre de 1985), lo único que queda son desapariciones, muertes, condenas y procesos judiciales en curso.

El M19 (Movimiento 19 de abril), grupo al margen de la ley que lideró la toma de las instalaciones, se extinguió en un proceso de paz que terminó con su desarme. Hoy, casi tres décadas después de la toma, el país vuelve la mirada a lo que pasó aquel día.

 

La historia

La guerrilla del M19 se formó luego del presunto fraude de las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970, que dieron como ganador al huilense Misael Pastrana Borrero, que para muchos hace parte de las figuras insignes de este departamento.

Así las cosas, 15 años después de estar operando este grupo guerrillero, como un juicio político al entonces presidente Belisario Betancourt Cuartas decidieron tomarse el Palacio de Justicia en la operación denominada ‘Antonio Nariño’. Se estima que unos 40 guerrilleros se apropiaron de las instalaciones donde no solo había funcionarios públicos de diferentes sectores sino en su mayoría de la Rama Judicial.

Esta incursión fue seguida de la reacción de la Policía Nacional y el Ejército Colombiano, rodeando el edificio e iniciando una operación que sólo concluyó 27 horas después con un saldo de 98 muertos, entre ellos 11 magistrados, 11 desaparecidos que en 2010 pasaron a 10 luego que se probara que el cadáver de Ana Rosa Castiblanco, empleada de la cafetería, fue hallado en una fosa común.

No todo sobre esta toma ha sido revelado ampliamente. El ministro de Justicia de la época, Enrique Parejo González, quien sucedió a Rodrigo Lara Bonilla (Nuevo Liberalismo), años después en campaña comentó en una reunión social en Barranquilla lo que se pudo hacer y no pasó, gracias a que el ministro de Defensa Nacional, el general (r) Miguel Vega Uribe, no contestó el teléfono.

“Un hecho histórico que poco se ha trabajado es el que le escuché alguna vez al doctor Enrique Parejo. Cuando fue precandidato presidencial, estábamos en la residencia de un notario amigo en Barranquilla y nos hizo la siguiente referencia: ‘yo le dije al presidente y a los ministros, el comandante de la toma es Andrés Almarales, él y yo somos samarios, estudiamos juntos en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional, tenemos el mismo acento, déjeme presidente, déjenme, ministros, ir a hablar con Andrés Almarales. Eso se puso en consideración del alto gobierno y finalmente se llevó a la decisión de que él fuera a Palacio a hablar con Almarales, pero su decisión y propósito se vio frustrado porque se ordenó que se llamara al general Miguel Vega Uribe y este señor jamás le contestó el teléfono al presidente de la República y en consecuencia el doctor Parejo nunca pudo ir a Palacio a hablar con el M19. Ese episodio es el que ha definido el expresidente Samper Pizano como un golpe de opinión, que en el lenguaje popular equivale a un golpe de Estado”, afirmó el periodista y administrador público, José Israel Charry, quien fue cercano a Parejo.

El general Vega Uribe tuvo una brillante carrera militar, dentro de la que se destaca su paso por la comandancia de la Novena Brigada en  Neiva en 1974.

 

Las consecuencias de la retoma

Los familiares de las víctimas de este hecho sangriento pasaron su cuenta de cobro a la justicia. Así, han sido detenidos dos coroneles, entre los que se destaca el coronel (r) Alfonso Plaza Vega, quien comandó la retoma del Palacio y fue titular de la Dirección Nacional de Estupefacientes en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez.

El 9 de junio de 2010 Plazas Vega fue condenado a 30 años de prisión por el delito de desaparición forzada en los hechos de la retoma. Las imágenes de la época por la famosa frase, cuando le preguntaron por las acciones militares: “mantener la democracia maestro” y además recalcó “aquí no van ellos a asustarnos ni a atentar contra ninguno de los poderes ni contra ninguna de las ramas del poder público, en este momento esto es un atentado contra la rama jurisdiccional y eso hay que dejarlo muy claro; que el Ejército está en condiciones de mantener todas las ramas del poder público funcionando porque esto es una democracia y para eso estamos, para hacerla respetar”.

En un video revelado en 2007 por Noticias Uno se pudo observar que el magistrado auxiliar Carlos Horacio Urán Rojas sale vivo del Palacio de Justicia a pesar de que un día más tarde se le encuentra muerto dentro del Palacio con una bala 9 mm en la cabeza disparada a quemarropa.

 

 

Arias Cabrales será investigado internacionalmente

 

La Corte Interamericana de los Derechos Humanos le solicitó al Gobierno que a más tardar este miércoles (ayer) tenía plazo para enviarle una copia del fallo emitido el pasado 24 de octubre por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia que ratificó la condena de 35 años de prisión en contra del general (r) Jesús Armando Arias Cabrales.

El organismo internacional actualmente adelanta el estudio de una demanda por la retoma del Palacio de Justicia, ocurrido en noviembre de 1985.

La condena, en primera instancia, condenó al general a 35 años de prisión por su responsabilidad en la desaparición de cinco personas en la retoma del Palacio de Justicia.

La decisión es por la desaparición de Bernardo Beltrán, quien era mesero de la cafetería del Palacio de Justicia; Carlos Rodríguez, administrador; David Suspes, administrador; Luz Mary Portela e Irma Franco Pineda, esta última guerrillera del Movimiento 19 de Abril (M-19), que se tomó a sangre y fuego esas instalaciones.

Esta sentencia del Tribunal Superior de Bogotá ratifica la condena contra Arias Cabrales, de 78 años, que en 2011 profirió el Juzgado 51 Penal del Circuito de Bogotá.

Arias Cabrales, detenido desde octubre de 2008, ejercía en la época como comandante de la XIII Brigada del Ejército Nacional, con sede en Bogotá, unidad que lideró la operación para recuperar el Palacio de Justicia.

 

 

La muerte lo salvó de una condena

 

El coronel Luis Carlos Sadovnik quien era el segundo al mando de la Brigada 13 del Ejército que participó en la retoma del Palacio, disfrutó se su pensión como militar retirado, pero siempre fue cuestionado por su actuación frente a este hecho.

“Esperamos que si está la manga no aparezca el chaleco, cambio”. Esa frase, pronunciada por ‘Arcano 5’ durante la retoma del Palacio de Justicia, es para la justicia prueba fehaciente de que en ese operativo militar, realizado en noviembre de 1985 en plena Plaza de Bolívar, se impartieron órdenes militares que dieron pie a delitos de guerra y de lesa humanidad.

La instrucción, que, según las investigaciones de la Fiscalía, terminó siendo la sentencia para desaparecer a la guerrillera Irma Franco, fue dada por el coronel del Ejército Luis Carlos Sadovnik, el segundo al mando de la Brigada 13 del Ejército, al jefe del batallón de inteligencia, coronel Edilberto Sánchez Rubiano. Este último, que en la conversación grabada por un radioaficionado de la época se identificaba como ‘Arcano 2’, está en juicio por desaparición forzada y pendiente desde hace más de un año y medio de una decisión de un juzgado de Bogotá.

Sadovnik fue el oficial que dio las instrucciones para activar el ‘plan Tricolor’. Esa estrategia militar se encaminaba, según varios fallos judiciales, a asestar a esa guerrilla un contragolpe contundente planeado desde hacía meses sobre la base de informaciones de inteligencia que anticipaban una acción insurgente en Bogotá, afirma El Tiempo en su portal.  

 

 

Charry, el único periodista del mundo que entrevistó a Otero

 

José Israel Charry, quien es periodista y administrador público, fue el único periodista colombiano y del mundo que logró entrevistar vía telefónica al comandante de la operación guerrillera que se tomó el Palacio, Luis Otero.

Charry fue dos veces jefe de prensa de la Cámara de Representantes, pero para el momento de la toma era un colaborador del Grupo Radial Colombiano. Según cuenta, para el día de la toma, estaba en las instalaciones de la emisora. Lo primero que hizo fue recortar las páginas del directorio telefónico donde aparecían todos los números del Palacio de Justicia.

Pacientemente marcó a cada uno de ellos, hasta que una mujer de voz delgada le respondió al otro lado de la línea. Lo que sucedió después fue todo un acontecimiento noticioso que en Colombia se censuró pero internacionalmente fue la noticia más relevante. Este logro profesional le valió a Charry que lo nombraran editor político de la Cadena Caracol a nivel nacional.

 

¿Qué significado tuvo eso en su vida profesional?

Pues muchísimo porque cuando todos los medios de comunicación de nuestro país tenían fijada sus atención solo en esta tragedia de nuestra historia, pero no solamente los medios de comunicación de Colombia sino del mundo entero. Que uno logre entrevistar exclusivamente al comandante de la toma pues es un logro importante. Alguien dirá, pero qué gracia es entrevistar a un delincuente pues igual Oriana Fallaci entrevistó a Gadafi y muchos personajes del mundo, sobre quienes hay una gran estigmatización porque su comportamiento no ha sido exactamente parecido al de sor Teresa de Calcuta o el de Gandhi. Como periodista es un logro bien importante.

Esto valió que el que yo considero el mejor periodista de este país que es Yamit Amat, que alguna vez me llamó a que yo fuera el editor político de la cadena Caracol.

 

¿Pero esa entrevista fue censurada en el Grupo Radial Colombiano?

Esa entrevista no se pudo trasmitir porque la ministra de Comunicaciones de entonces, Noemí Sanín, le dijo a las cadenas de radio que no se podía transmitir ninguna entrevista con los actores de la toma, ‘de otra suerte me veré obligada a cerrar las emisoras’. Entonces se hizo un informe y se envió a todas las emisoras del mundo que nos llamaban a pedir información sobre este evento. Desde luego, las agencias internacionales recogieron la información y luego los periódicos nacionales la replicaron.

 

Algo que el país aún no tiene suficientemente claro es que quien comandó la operación fue Luis Otero y no Andrés Almarales…

Ese es un hecho importante en términos históricos, porque hoy se encuentran personas y documentos periodísticos que hablan que el comandante de la toma Andrés Almarales. Cuando yo logro comunicación con una guerrillera, le digo que si me puede comunicar con el comandante y es ella que me dice que es Luis Otero. Es más, el mismo gobierno manejó el nombre de Andrés Almarales como el comandante de la toma.