“Si hubiera llegado al Congreso seguramente estaría muerto”
Frentero, muy estudioso pero sobre todo coherente con sus actos. Es Aníbal Charry, el columnista de DIARIO DEL HUILA que según la encuestadora Cifras & Conceptos es el más influyente de la región.

En un diálogo ameno, como es él, nos contó sus secretos para hacer una buena columna de opinión y su visión de la política regional, la que cada ocho días critica con vehemencia, independencia, pero con mucho respeto. Abogado respetable y gran escritor, Aníbal Charry nos contó del libro de Derecho Procesal que sacará al mercado en los próximos meses.
¿Qué significa para usted esta medición de Cifras & Conceptos que lo ubican como el columnista más influyente del departamento del Huila?
Me enaltece porque es la encuestadora de opinión más importante que tiene el país. Este es el segundo año en el que encabezo esa lista de opinadores más influyentes del Huila. Eso es un galardón que recibo con enorme satisfacción, que no es producto de una entidad específica sino una firma con la cual no he tenido el más mínimo contacto. Muy objetiva, muy seria. Eso me enaltece y por supuesto, enaltece al DIARIO DEL HUILA.
¿Cuál es el secreto para hacer una buena columna de opinión?
El secreto es decir con objetividad, honradez conceptual y suficiente información lo que se piensa. Digo lo que pienso sin ningún compromiso con nadie, lo saben mis lectores. Mi compromiso como columnista es con la sociedad huilense, con el país, la decencia, la lucha contra la corrupción. Casi columna de por medio fustigo la clase política. Fundamentalmente por eso tengo los lectores que, según Cifras & Conceptos, han determinado que soy el más influyente de la región.
¿En qué circunstancias escribe sus columnas? ¿Qué día de la semana? ¿Qué momento del día? ¿Cuánto tiempo gasta?
A veces sale rápido pero en otras se encuentra uno con el síndrome del papel en blanco. Me siento en el computador y no me sale nada. Pero generalmente las escribo en una hora o media dependiendo de la fluidez, del conocimiento y el tema a tratar. Las redacto los sábados que es el día que las remito.
¿Cómo fue su llegada a DIARIO DEL HUILA y cuánto lleva como columnista?
Estoy escribiendo en el DIARIO DEL HUILA desde la época en la que estaba aquí don Fermín Segura, 1985 exactamente. En ese año comencé a escribir en el periódico y con alguna intermitencia he permanecido cerca de 20 años o quizás más. He sido editorialista, tengo una afición permanente por opinar.
¿Qué significa para usted su columna de opinión?
Es mi válvula de escape, una especie de psiquiatra que da rienda suelta a ciertas presiones producto de la situación de Colombia. Yo realmente sufro por ese estado de las cosas, como muy pocas personas. Es un país individualista, yo sufro por la colectividad y los sufrimientos de mis compatriotas obviamente son los míos. Trato en mis columnas de interpretarlos, decir en voz alta lo que mucha gente no puede.
¿Es fácil opinar de los personajes de la región o en alguna ocasión se ha sentido agredido por alguno de ellos?
No. Uno se gana malquerientes pero no me han increpado por lo que escribo. He tenido absoluta libertad. Mi característica es que escribo de manera afirmativa y contundente pero no insultante y eso es importante para un columnista de opinión.
Usted salió del DIARIO DEL HUILA pero regresó por una invitación. ¿Cómo fue esa anécdota?
Yo escribí en La Nación una columna fuerte contra Horacio Serpa, Julio Bahamón y Olga Duque de Ospina pero en términos respetuosos. Allá fue considerado muy fuerte aunque fuera mi opinión, se pretendió que se modificara y esa situación para un columnista es una atrocidad porque no se escribe a dos manos y uno es el que responde por lo que dice. Me retiré de allá y doña María Mercedes Rengifo de Duque –para la época Directora- se enteró y me invitó a su casa en Neiva para expresarme su solidaridad y me dijo que tenía abiertas las puertas del DIARIO DEL HUILA para que opinara y que la primera columna en publicar sería la censurada en el otro medio. Doña María Mercedes la hizo publicar sin quitarle ni una coma, tal como corresponde.
A usted lo catalogan como una persona crítica y estudiosa. ¿Cuál es la visión que tiene de la política regional?
La política regional tiene el mismo padecimiento de la nacional. Una política dedicada a satisfacer intereses personales. Nosotros podríamos tener una política mucho más seria. Tenemos ocho congresistas y esa labor debería ser más productiva y consistente en beneficio de la región, del desarrollo departamental. Nuestra política no es lo que correspondería a una región que tiene tantos problemas por resolver, les ha faltado liderazgo a nuestros políticos. Por ejemplo, el más visible es Hernán Andrade, lo dice Cifras & Conceptos, pero no figuran más. Nuestra política se hace a favor de las prebendas y es muy complicado que un personaje se ponga a hacer control político. En el Huila no tenemos un político como Robledo que haga debates de control político. Hay que reclamarles contundencia y que sean más críticos frente a las gestiones del gobierno, más insistentes y persuasivos para que se realicen las obras que se necesitan.
¿Cómo ve el abanico de precandidatos para la Alcaldía de Neiva?
Pienso que como en todas las regiones del país tenemos más precandidatos para la Alcaldía, no tanto para la Gobernación y eso es bueno. No me voy a referir a la calidad de cada uno, tengo mi propio candidato, Rodrigo Lara Sánchez, y pienso que ese va a ser el alcalde de Neiva por varias razones. No solo por su origen, hijo de Rodrigo Lara Bonilla, sino por su trayectoria. Es un profesional exitoso, se graduó con honores, destacado cirujano del país y un hombre recto y transparente que es lo que necesitamos en la actividad política. Algunos dicen es que Rodrigo Lara no tiene experiencia pero hemos tenido gobernantes con mucha y no nos hemos dado cuenta qué han hecho. Lo que tiene que hacer él cuando sea alcalde es rodearse bien y pienso que lo va a hacer.
¿Y el panorama de la Gobernación?
No hay mayor proliferación de candidatos, habrá que esperar a que se presenten más aspiraciones. Sin embargo, de los que se han mencionado me gusta Luis Enrique Dussán porque fue un buen congresista y una de las personas que más conoce el tema agrario en el país, también transparente- como el actual gobernador-. La gobernación de Carlos Mauricio Iriarte es muy positiva ya que le devolvió la dignidad y la credibilidad, no se escucha ningún rumor de malos manejos y eso es muy bueno. No me gusta la reelección de gobernadores y alcaldes, solamente me gustaría por la posibilidad de que él fuera reelegido por su administración transparente.
Usted ha mencionado en esta entrevista en forma positiva a un conservador, un verde y un liberal, ¿no cree en los partidos?
He sido siempre un hombre independiente. Soy liberal de ideas y pensamiento pero no de partido. El Partido Liberal ha perdido su protagonismo y olvidado los principios que lo hicieron grande. Yo me refiero objetivamente a un político sin juzgar el partido al que pertenece. No tengo ningún problema en referirme en los mejores términos a quien lo merezca sea cual sea su colectividad. No soy sectario.
¿Le gustaría ser alcalde de Neiva o gobernador del Huila?
No. Me lo han planteado varias veces pero no tengo talante de gobernante. Terminaría con muchos problemas y a lo mejor preso porque en este país los que terminan así son los gobernantes honrados. Además que tendría que pisar muchísimo callos, me ganaría muchísimos enemigos y no sería una función grata para mí. Lamentablemente en Colombia hemos llegado a unos niveles extremos de que la gente que tiene condiciones para ejercer la política no lo quiere hacer porque terminan perseguidos o contaminados por esa plaga de la corrupción. Tuve aspiraciones de ser congresista, fundamentalmente para hacer control político. A la sociedad le puedo servir desde cualquier ámbito.
Hoy puedo decir que para la actividad política no fui exitoso, quizá por mi talante -y muchas veces lo comento con mis amigos- si hubiera llegado al Congreso seguramente estaría muerto, yo no puedo soportar y esa es mi constante, que se cometan injusticias, que se cometan actos de corrupción y que tenga que quedarme callado.
Cuando entendí que para ser exitoso en la política debía venderle el alma al diablo o arruinarse, entonces consideré que era el momento de tomar una decisión y era la de dedicarle a la academia, para dedicarme a formar a los futuros abogados, con estos criterios. Pienso que en esto hemos hecho una buena labor, con buenos egresados de la Universidad Cooperativa de la que hasta hace poco fui decano.
Está escribiendo un libro. ¿De qué se trata?
Es un libro de Derecho Procesal que lo titulé ‘Teoría y filosofía del proceso’ que aspiro culminarlo este año. Es un libro que yo diría rompe con los esquemas tradicionales de enseñanza del Derecho Procesal, en la medida en que es necesario que nosotros enseñemos esta materia para los procesalistas del estado social y democrático, porque lamentablemente se están formando abogados pero por el lucro y para el lucro y ese es el paradigma que hay que romper.