Fotógrafo de bodas, un artista más allá de lo normal
Su trabajo va más allá de la típica fotografía social, cada toma es muy pensada para al final lograr algo cercano a una obra de arte. Como fotógrafo le gusta involucrar al paisaje y a sus clientes en la creación de su obra.

Por Rolando Monje
Un fotógrafo de bodas artístico cuenta los acontecimientos de un modo muy particular y fácilmente diferenciable. Utiliza encuadres especiales, ángulos y puntos de vista que nunca hubiera imaginado, formas de contar las cosas únicas, edición y procesado de las fotos muy trabajado. Se encargará de que la escena sea tan perfecta como usted la imaginó.
Un fotógrafo artístico fusiona el arte del que impregnan cada foto con el estilo documental, que apuesta por narrar a través de imágenes todo lo que sucede. De esta manera, disfrutarán en el álbum de boda de una historia llena de arte, la suya. Mezcla estilos vanguardistas, posicionándose como la mejor alternativa para aquellos novios que buscan un reportaje creativo, espontáneo, natural y diferente.
Wilson Aranda Martínez, es un personaje muy particular, una especie de gomelo entrado en años, muy ‘heavy’ como él mismo se definiría, pero con una visión de la fotografía mucho más allá de un simple oficial social, para plasmar las celebraciones de la familia y los amigos. No, él es un fotógrafo de bodas artístico.
Aunque nació en Bogotá hace 47 años, hace más de 25 su vida y su arte han estado entre la capital del país y Neiva, donde ha realizado innumerables trabajos.
Sus primeros pasos en la fotografía los dio con unos primos que se dedicaban a este oficio y en un festival de teatro tomó su primera fotografía al Taller Comparsa de Medellín, con una cámara Zenit 12XP: Tenía 23 años.
Sus inicios con el tema social se dieron cuando estudiaba fotografía y al mismo tiempo trabajaba en un laboratorio farmacéutico. “En la despedida de fin de año tomó las fotos de la fiesta y fue las primeras que cobré”, comentó.
Hoy su trabajo va más allá de la típica fotografía social, cada una de las tomas que hace es pensada y trabajada para que cada una se convierta en una verdadera obra de arte.
Para contar con Aranda hay que hacer una reserva de mínimo seis meses, donde se empieza a hacer una primera prueba y el trabajo final incluye tomas de la preboda y la boda y si lo requieren la luna de miel.
En promedio son tres mil fotografías las que se hacen de todo el evento y al final se entregan en promedio unas 150 fotos. Antes de entregar el trabajo se hace una presentación para que los novios decidan las tomas que irán en la impresión final del Foto Book que es el producto que se entrega al final.
Todo el archivo fotográfico digital lo entrega en una memoria de lujo, junto a un libro que condensa toda la historia de amor de la pareja de novios. Igualmente se adjunta un video clip y una escultura real en yeso de las manos entrelazadas de los novios.
Para él su estilo de trabajo es divertido y aprovecha los diferentes paisajes y el entorno en general. El precio de su trabajo es incalculable porque éste va de acuerdo a los requerimientos de los clientes y en sí del resultado final.
Aunque su especialidad son las fotos de bodas y de quince años, también hace trabajos publicitarios, de alimentos, paisajes, entre otros.
Wilson Aranda considera que está pasando por un buen momento por eso disfruta los momentos que puede pasar con su esposa y sus dos hijos, una niña y un niño quien con diez años ya hace sus primeros pinitos.