¡Urgente!: De la sociedad de la pandemia a la sociedad del aprendizaje
Históricamente, la mayor diferencia entre la contemporaneidad y la lejanía es el aprendizaje. Hemos aprendido a aumentar la productividad.

Por Mg. Luis Alberto Tamayo M.
Después de viajar por los mundos de la educación, la competitividad, la innovación y el emprendimiento; concluyo que vivimos noches tormentosas y oscuras de rezago, amenizadas con los truenos y rayos de los problemas sociales, económicos, ambientales, pandémicos y de otros flagelos. Este diluvio borrascoso lo resistimos, según los indicadores, bajo una techumbre sin reforzamientos sismo resistentes en nuestra región. Para recibir el día con un amanecer claro y un sol iluminador, sin huracanes, debemos repensarnos; creando sociedades del aprendizaje (Learning Society), planteamiento del nobel de economía Joseph Stiglitz, con el propósito de brindar oportunidades, generar conocimiento, proveer soluciones, proponer innovaciones y emprendimientos y, alcanzar desarrollo y bienestar. Sólo así, mejoraremos cualquier tipo de índices.
Aprendizaje
Históricamente, la mayor diferencia entre la contemporaneidad y la lejanía es el aprendizaje. Hemos aprendido a aumentar la productividad. Los mejores niveles de productividad son consecuencia de un mayor conocimiento y de una variedad de tecnología disponible; también se logra por la implementación de las mejores prácticas (nacionales y globales). El aprendizaje se convierte en un indicador de mejoramiento en los niveles de calidad de vida.
Desde la perspectiva del individuo, un avance en su conocimiento consiste en saber algo que antes no sabía. Los individuos deben tener mentalidad y habilidades para aprender, para crear una sociedad dinámica de aprendizaje. Algunos expertos, motivados por las nuevas ideas y la creatividad, aseguran que la propiedad intelectual, aunque blinda el producto, el proceso o la marca, impide la transferencia de conocimiento. Ante esta dicotomía, debemos seguir el ejemplo del chef icónico del Perú, Gastón Acurio, que, como un código abierto, compartió al público, todo su capital gastronómico–sus recetas-, preponderando la colaboración sobre la competencia. Esta actitud generosa, permitió convertir a su país en la nueva meca de la cocina mundial. Esto lo cuenta Andrés Oppenheimer en su libro “¡Crear o Morir!”.
Los estudios muestran que el sector industrial no solo aprende mejor, sino que también genera más beneficios de aprendizaje para el resto de la economía. Las industrias con mayor comodidad sobreviven y prosperan. Por estas razones, en un escenario agropecuario, comercial y de servicios, como el nuestro, la norma es: poco aprendizaje, poca innovación. Las cifras lo demuestran con una participación del 17,92% del sector agropecuario, 17,28% del sector comercio y un escaso 3,29% del sector industrial en el PIB del departamento del Huila.
Necesitamos una sociedad del aprendizaje que nos permita sistemáticamente aprender para proveer soluciones, generar oportunidades, construir conocimiento, innovar, emprender, ser más competitivos y mejorar calidad de vida. Los incrementos en los niveles de vida son el resultado de una mayor productividad, entendida, como aprender hacer las cosas mejor. La productividad es el resultado del aprendizaje. En estas manifestaciones se resalta la importancia del principio fundamental de la gestión de calidad “la mejora continua”, que como filosofía se convierte en el rezón de una sociedad del aprendizaje.
El aprendizaje se ve afectado por el entorno económico, social, educativo y por las inversiones públicas y privadas dirigidas a la investigación. Esto necesitamos entenderlo y orientarlo, para luego apostarle con entusiasmo y sin coto. Uno de los objetivos de la política económica debería consistir en crear políticas y estructuras económicas que mejoren tanto el aprendizaje como los efectos de este. Crear una sociedad del aprendizaje debería ser uno de los principales objetivos de la política económica. De esta forma surgiría una economía más productiva, con mejores índices de competitividad y, como consecuencia, mejoraríamos los estándares de vida.
Conocimiento
En una sociedad del aprendizaje debemos romper el paradigma de apropiar el conocimiento, solamente, en los intramuros de la escuela, porque el aprendizaje tiene lugar en diferentes contextos, no solamente en la formalidad del sistema educativo. Tener al docente como única fuente del conocimiento, siendo esta muy importante, impide acceder a una diversa gama de fuentes. Podemos aprender del otro -el par- en forma colaborativa y cooperativa; aprendemos, también, del mar de conocimiento visible y disponible en Internet; además, tenemos el entorno como una alcancía, en la que hemos atesorado mucho conocimiento. El medio ambiente estimado como oasis de conocimiento, además, es considerado como el tercer educador. Aprendemos de la academia, de la sociedad, de la gobernanza, del sector productivo, de las poblaciones vulnerables; en fin, el universo entero es un manantial de conocimiento; en nuestra travesía por la ruta del aprendizaje calmamos la sed en todas estas fontanas.
La educación no puede actuar de manera independiente, debe estar finamente articulada para la construcción de una sociedad del aprendizaje al servicio de todos: formando, investigando, aprendiendo, repensándose, transfiriendo y aplicando conocimiento para dar respuestas y soluciones a las necesidades y problemas de la sociedad. Una gran tendencia, será el crecimiento de la interdisciplinariedad, para que distintas disciplinas estén involucradas en la producción de conocimiento. En este escenario, la pedagogía de la integración de Xavier Roegiers jugaría un gran papel.
El aprendizaje se ve afectado por el entorno económico, social, educativo y por las inversiones públicas y privadas dirigidas a la investigación.
Los aprendizajes pueden verse afectados por las decisiones de los individuos, los gobiernos y las empresas.
Reaprender
El nuevo rol de los estudiantes y la apropiación del aprender a aprender, dentro de este modelo social, los llevará a una mayor responsabilidad en el aprendizaje; su compromiso, sin duda, aumentará. La sociedad del conocimiento revitalizará sus capacidades y habilidades en investigación, comunicación, lógica matemática, herramientas digitales, autonomía e iniciativa personal y, sobretodo en la construcción de conocimiento en interacción con el mundo real.
Los docentes tendrán que desaprender su postura de actores protagónicos y reaprender, pensando como planificadores y diseñadores de estrategias didácticas - pedagógicas que permitan el aprendizaje de sus alumnos. Seguramente, como afirman la mayoría de los gurús de la educación, se convertirán en facilitadores, tutores, mentores, orientadores; actuando como garantes del aprendizaje bajo el ámbito de un ambiente de formación. La batería de herramientas estará equidistando el desarrollo del pensamiento crítico, la comunicación escrita y oral y, el aprender a convivir. Así, el sueño de una sociedad del aprendizaje lo alcanzaríamos. Asumirán retos para establecer una escuela donde aprender sea excitante y fascinante. En la que se ilustre a los alumnos acerca de la autonomía y la responsabilidad. Los escolares aprenderán a convivir y a resolver sus conflictos dialogando y pactando; este será un espacio donde se practiquen los valores, donde trabajar en equipo, sea la manera habitual de aprender.
TIC
Se constituirá una sociedad donde el uso, la masificación y la incorporación de las TIC como estrategia de apoyo a los procesos de enseñanza y aprendizaje sea natural y cotidiano. Posiblemente veremos y usaremos más las plataformas educativas digitales, los MOOC sustituirán en buena parte la formación presencial; logrando universalizar el acceso al conocimiento. La gamificación como estrategia de aprendizaje orientará la germinación de aplicaciones móviles para aprender, olvidando los paradigmas de la ubicación y el tiempo; obteniendo un más alto aprovechamiento en las dimensiones del tiempo-espacio.
La forma del trabajo y los patrones de empleo están cambiando, así lo expresa Oppenheimer en su libro “¡Sálvese quien pueda!”. Ahora que la gente cambia de trabajo con mayor frecuencia que en el pasado, la vida de las destrezas particulares se acorta, la educación y la formación se hacen más necesarias en el mismo entorno laboral, como complemento a la educación formal previa. Esto genera una demanda de nuevas formas de educación y formación que no sean caras y que sean accesibles, y esto puede cambiar la función y la estructura de escuelas y universidades. Esta situación implicaría una mejor integración entre la academia, las empresas y la sociedad.
Aprendimos la importancia de la bioseguridad, por este motivo sugerimos incorporarla en el componente normativo de Seguridad y Salud en el Trabajo.
El ritmo de la inversión determina el ritmo del aprendizaje.
Políticas públicas
El ritmo de la inversión determina el ritmo del aprendizaje. Es así como se descubren nuevas ideas y se expresa una nueva investigación. Si hay mayor difusión del conocimiento y más aprendizaje, se mejoran los niveles de vida. Comprender cómo crear sociedades del aprendizaje, debería ser una de las preocupaciones centrales de los gobiernos regionales, la academia, los sectores productivos y la comunidad en general. Se debe fomentar la investigación, innovación y el aprendizaje. Las políticas públicas son fundamentales e inevitables. El gobierno tiene la responsabilidad de crear una sociedad del aprendizaje para promocionar el crecimiento.
Las ventajas comparativas las generan los factores que no son móviles, como el conocimiento, el trabajo y las instituciones. Esta situación induce a generar conocimiento, invertir en investigación, tener talento humano altamente cualificado e instituciones fortalecidas y estar en permanente mejora. Los capitales por su capacidad de movilidad, fácilmente se ubican en los territorios donde encuentran sociedades de aprendizaje, con talento humano altamente calificado, capacidad de aprendizaje, buenas prácticas, estabilidad jurídica, buenos servicios, doing business e instituciones fortalecidas y confiables; en síntesis, donde encuentren un ecosistema sólido.
Aunque debe haber un proceso de aprendizaje para la creación de una economía y una sociedad del aprendizaje. El dar unos primeros pinitos como un infante que quiere caminar es muy importante para alcanzar este constructo. Nuestro principal aprendizaje ha sido valorar lo vital, esencial y sencillo; priorizar la vida por encima de todo. Aprendimos del mundo de la salud, del sector educativo, de la órbita política y legislativa, de los problemas sociales, ambientales y económicos. Aprendimos lo vulnerables y microscópicos que somos en el universo, de la importancia de reconciliarnos con el medio ambiente y como la naturaleza lo expresa con gratitud; de la complejidad de la dimensión humana.
Entretenimiento en línea
Aprendimos del entretenimiento en línea, virtual o de realidad ampliada a través del arte y la cultura: museos, galerías, música, e-books, audiolibros, videostreaming, conciertos, ópera, zarzuela, videojuegos, cine, historia y turismo. Estas manifestaciones artísticas validan la importancia de una facultad de artes en la región con énfasis en: artes plásticas, escénicas, musicales y audiovisuales. De los tiempos de pandemia aprendimos lo vulnerable que son el sector turístico en toda la cadena y el mundo del espectáculo.
Aprendimos la importancia del campo como proveedor de los centros urbanos, y lo que significa el café para nosotros. En cifras, el café le aporta el 34,40% al valor de la producción agropecuaria del Huila, el 88% de la población rural del Huila participa de la producción de café; la actividad caficultora genera 28,6 millones de jornales, equivalentes al 74% de la mano de obra que requiere del sector agropecuario. En este sector tenemos una mezcla de variables: empleo, generación de ingresos, tejido social, vulnerabilidad y producción. Lo que hemos avanzado y aprendido (know-how) en café lo estamos llevando al mundo del cacao y es posible que lo llevemos a las achiras y a la panela; productos cercanos donde el avance de uno, fácilmente, impacta al otro.
Aprendimos la importancia de la bioseguridad, por este motivo sugerimos incorporarla en el componente normativo de Seguridad y Salud en el Trabajo. La relevancia de la telemedicina como una herramienta ideal para mejorar el servicio y el apoyo entre los médicos, aplicándose en forma interactiva, no interactiva, como teleexperticia y en telemonitoreo.
Los aprendizajes pueden verse afectados por las decisiones de los individuos, los gobiernos y las empresas. Entre los principales determinantes del aprendizaje, tenemos: Las capacidades para el aprendizaje, clave educación de calidad; el acceso al conocimiento, resulta fundamental para aprender y para el mayor progreso del conocimiento; los contactos, en el proceso de aprendizaje las personas aprender de otras, el conocimiento se extiende debido al contacto – redes de conocimiento -; los marcos cognitivos, generar una mentalidad creativa, promover el aprendizaje y avanzar en ciencia y tecnología; el contexto para el aprendizaje, las sociedades más dinámicas con un mayor cambio crean una mayor demanda de aprendizaje, recompensan más a quienes poseen capacidades de aprendizaje e incentivan a los individuos a adquirir esas habilidades y actitudes.
Irrumpamos en una sociedad del aprendizaje, a través de una economía del bien común, donde el resultado sea de crecimiento, desarrollo y progreso social.