¿Qué pasará ahora con su Huawei?

Por: Guillermo Cid

Es una de las noticias del año. Tras el veto de la Administración Trump a Huawei, Google ha decidido dejar de dar acceso a Android al fabricante chino, una decisión sin precedentes y de consecuencias impredecibles. La guerra comercial entre Estados Unidos y China vive un nuevo capítulo centrado en las comunicaciones y la batalla afecta de lleno a todos los clientes de la marca asiática en todo el mundo.

El veto lo desveló la agencia de noticias Reuters y, aunque no aclaró el alcance del mismo, poco a poco se han ido conociendo más detalles sobre hasta dónde puede llegar la ruptura de las dos tecnológicas.

Es una consecuencia de la cada vez más dura guerra comercial que mantienen Estados Unidos y China desde hace meses, y no solo afectará a estas dos compañías sino que otras como Intel o Qualcomm ya han anunciado que se suman a la decisión de dejar de comerciar con el gigante asiático. Es decir, que si tiene un producto tecnológico de alguna empresa china, lo mejor es que leas estas claves y vaya entendiendo a lo que te puede llegar a enfrentar en los próximos días, semanas o meses.

¿Por qué Google veta ahora a Huawei?

La guerra entre China y Estados Unidos —y más concretamente entre Huawei y ZTE (Nubia) viene de lejos. Se retrotrae a inicios de esta década, momento en el cual las agencias estadounidenses empezaron a hablar de que estas compañías usaban sus productos para espiar a sus clientes y dar información a su Gobierno, pero tuvo un punto de inflexión el pasado miércoles. El día 16, Donald Trump declaró una emergencia nacional para prohibir a las compañías de su país usar equipos fabricados por una serie de empresas extranjeras que, aseguraba, espían a Estados Unidos.

Poco después, llegó el otro golpe: incluyó a Huawei en una lista negra comercial con la que prohibía a empresas estadounidenses hacer negocios con la firma china. De seguir negociando con estas empresas sin el permiso expreso del Departamento de Comercio, se arriesgarían a sanciones millonarias. Ni Google, Intel, Qualcomm ni otras han querido arriesgar.

¿Cómo le afecta si tengo un móvil Huawei?

Es la gran pregunta que se hacen ahora todos los dueños de un producto de la marca. En algunos países, Huawei ya es líder en el sector de la telefonía móvil y esta noticia puede ser un golpe brutal para el negocio de la marca.

La gente que ya cuente con un Huawei podrá seguir accediendo a Google Maps, Gmail o Drive, y también a la tienda de aplicaciones, Google Play. El problema: no recibirá más actualizaciones del sistema operativo Android, y eso afecta tanto a la seguridad del móvil en sí, la de las aplicaciones en la tienda de Google y la de sus propias aplicaciones clave, como Maps o Gmail. Es decir, Google les dejará de dar soporte oficial y, sin él, su uso dejará de ser tan seguro como hasta ahora. Además, con el tiempo, y con una versión desactualizada del sistema operativo y aplicaciones, el rendimiento del teléfono dejará de ser el que era: irá más lento, consumirá más batería, etc.

La compañía de Mountain View solo abre la puerta a Huawei al uso de sus sistemas de código abierto, pero estos no incluyen muchos de los servicios que da la compañía estadounidense en sus versiones completas. Es decir, que en un tiempo determinado es muy posible que, si Huawei no inventa nada o no se da marcha atrás a la decisión, su equipo pueda quedarse obsoleto y tendrá problemas para usar todos los servicios que trae Android.

Se iba a comprar un Huawei

Esos, en principio, serán los más perjudicados. Y es que la retirada de la licencia y el soporte a Google Play va enfocada a las nuevas generaciones de la marca. Los móviles ya presentados y puestos a la venta, todo apunta a que seguirán teniendo las mismas limitaciones que comentábamos para los teléfonos que ya tienen dueño, pero será diferente para las próximas salidas de móviles.

Según apuntan las primeras informaciones, los próximos móviles de Huawei solo podrán acceder a la versión de código abierto, y eso limitará muchísimo los servicios que puedan dar. La única solución que ya se está apuntando es la creación de una versión particular del sistema en la que aprovechando el código abierto sea la empresa la que cree sus propias 'apps', como un Maps, un Gmail o una tienda de aplicaciones propios. Es más, Huawei lleva años desarrollando una especie de Kirin OS, su propio sistema, por si algo así pudiese ocurrir.

¿Qué pasa con Xiaomi o OnePlus?

De momento, nada apunta a que Xiaomi o OnePlus, otros gigantes de la telefonía china, vayan a verse afectados por estos problemas, pero la escalada de tensión entre ambos países no cesa.

En cuanto a las razones que podrían llevar a incluir a estas compañías en la lista negra de Trump, la más clara es que se asegure que hay un riesgo para la seguridad nacional en el uso de sus productos y que se pida su veto para evitar cualquier riesgo. Actualmente, no hay sospechas claras sobre estos fabricantes y sus productos, o al menos no están tan vigilados por Estados Unidos como Huawei o ZTE.

¿Y Honor y los otros productos de Huawei?

Huawei es un gigante. Tiene más de 70 filiales y Estados Unidos ha metido a las 70 en la famosa lista negra, por lo que Honor, su segunda marca, también sufrirá igual que su matriz.

Algo diferente ocurre con los ordenadores y otros productos de la marca que no necesitan de Google para funcionar. De momento, sus Matebook funcionan con Windows, y Microsoft, aunque también es estadounidense, no se ha pronunciado al respecto. Por último, quedaría ver qué ocurre con los componentes que traen desde EEUU, como los chips de Intel o Qualcomm.

Huawei lleva años preparándose para un bloqueo como este y no debería serle de gran dificultad encontrar otros fabricantes de origen asiático que suplan a los americanos.

¿Es posible que EEUU recule?

De momento la marcha atrás del plan de Estados Unidos, parece muy lejana. La guerra entre el país del norte y la compañía china lleva años fraguándose y será difícil desescalar la situación.

Lo único que se sabe hasta ahora es que el Gobierno de Estados Unidos podría dar una prórroga de hasta 90 días a las empresas que comercien con estos fabricantes para que puedan adecuarse a la nueva legislación sin perder la fiabilidad de sus redes de comunicaciones y equipos.