“Pedimos reevaluar estudios de remodelación del Pigoanza”
A raíz de las declaraciones a este medio de comunicación en las cuales el secretario de Cultura de Neiva, Raúl Rivera, expresó que no sería posible ejecutar la obra de remodelación del teatro, la administración del conjunto explicó cuáles son las peticiones.

La administración del Condominio Pigoanza, informó que está exigiendo ante la Alcaldía Municipal de Neiva y Gobernación del Huila, un estudio completo acerca de la remodelación del Pigoanza, pues no están claras las afectaciones negativas que traería para la estructura del bloque donde se encuentran ubicados los apartamentos.
Aclaró que una vez realizados los estudios y diseños del proyecto por parte de dos ingenieros asesores y copropietarios del conjunto, pidieron evidenciar la junta que separa las dos edificaciones para corroborar lo planteado por el estudio de patología y reforzamiento del bloque del teatro acerca de que eran dos diferentes, con el fin de garantizar que una vez se realice la obra, no traerá consecuencias negativas y así los residentes no tendrán objeción alguna en aceptar las adecuaciones para el patrimonio histórico.
Demostrar con estudios
Pero al solicitar se evidenciara en forma física con romper el sitio de los ejes conjuntos y verificar en las columnas. «Con gran asombro vemos que no existe y efectivamente el cuestionamiento por parte de nuestros asesores es válido: pudimos constatar que no son dos bloques sino uno”, dijo Federico Pérez Charry, ingeniero residente en del conjunto.
«El edificio es uno solo, lo cual indica que cuando se presente una eventualidad sísmica éste funcionara como un todo. Si el teatro estuviera separado, estos trabajarían de forma independiente y se podría ejecutar allí algún tipo de adecuación, pero no es así; y resulta que éste siendo un solo componente requiere un análisis estructural competo. No solo una parte», explicó.
Peligro para la comunidad
Dijo además, «de realizarse una intervención solo a un sector el reforzamiento a la estructura del edifico se altera, estaría poniendo en riesgo las vidas de sus residentes, pues en una eventualidad sísmica este trabajaría de forma discordante. Juntos en direcciones diferentes. Debido a la diferencia de peso se podrían venir al suelo los apartamentos».
Aclaró que para lo anterior se debe hacer precisamente el estudio solicitado por parte de los residentes.
«Nunca pedimos que para mejorar el patrimonio histórico, reforzaran el edificio, solo exigimos el estudio», resaltó el condómino.
Destiempo
Desde el año 2015 fue emprendido el ambicioso proyecto para remodelar el Pigoanza, cuyo costo ascendía a los $4.500 millones, pero según Lady Ximena Bello Gutiérrez, administradora del condominio, solo hasta octubre del año 2017 se lo dieron a conocer, no hubo antes una socialización y de ahí su total desconocimiento.
«No podemos tomar una decisión apresurada por carecer de tiempo, necesitamos garantizar el bienestar y patrimonio de los residentes».
«Solicitamos se complemente el estudio estructural realizado al teatro con la inclusión de todo el edificio, el cual nos dirá si el reforzamiento no perjudicará el resto de la obra», agregó Bello Gutiérrez.
Desde la administración también informaron que en el caso hipotético de llegar a ejecutar el estudio completo y éste corrobore los temores presentado aquí, no habrá lugar para su remodelación.
«Tendría que continuar como está, porque no tenemos recursos y sabemos que el gobierno no puede invertir en bienes privados. Desde el comienzo fueron omitidos ciertas cosas sumamente importantes».
Por otra parte, Raúl Rivera, secretario de Cultura Municipal, en días pasados había indicado apelar a la norma jurídica en pro de ejecutar la obra.
«Yo propuse auscultar una normatividad de la que este goza por ser patrimonio cultural, eso superaría el interés privado de algunas personas, así que estamos haciendo las consultas jurídicas para el efecto».
Es importante recordar que los recursos provienen de regalías por parte del Órgano Colegiado de Administración y Decisión – Ocad regional, el cual no permite que los recursos sean invertidos en obras diferentes para las que fueron asignadas. Así las cosas, el futuro para el Pigoanza sigue siendo incierto.