viernes, 18 de julio de 2025
Neiva/ Creado el: 2020-11-09 04:35

“Mi hijo me pide y me pide de comer, y yo no sé qué hacer”

A Francia Villareal le ha tocado empezar dos veces de cero junto a su hijo; primero, porque fueron desalojados de su vivienda hace unos años acá en Neiva por grupos al margen de la ley; y la segunda, debido a la pandemia le tocó abandonar el municipio donde residía porque el trabajo se le acabó.

Esta es una de las tantas historias que se pueden observar hoy en día en el departamento del Huila.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | noviembre 09 de 2020

Esta es una de las tantas historias que se pueden observar hoy en día en el departamento del Huila debido a la falta de oportunidades y a la crisis económica que ha tocado a muchos opitas a raíz de la pandemia del covid-19.

Debido a la pandemia del covid-19 muchas personas quedaron desempleadas. En el departamento del Huila más exactamente en el Valle de Laboyos, residía una mujer con su pequeño hijo desde hace más de un año.

Francia Villareal una mujer de 33 años de edad oriunda de Neiva, desde hace más de un año decidió irse a vivir a Pitalito con el fin de buscar nuevos horizontes y una mejor estabilidad económica; allá se dedicaba a diferentes oficios, el último trabajo que tuvo fue en un asadero, pero raíz de los cierres que se realizaron para prevenir el contagio del covid-19, quedó desempleada.

Por eso, decidió volver a Neiva a buscar refugio en su familia, pues su madre, abuela y tíos residen en dicha ciudad. Sin embargo, duró poco allí, porque, según ella, sus tíos no permitieron que continuara hospedándose en la casa familiar con su hijo.

“Yo trabajaba en un asadero y de ahí salía el sustento mío y de mi hijo; además podía pagarle los estudios a mi pequeño de 8 años, pero debido a la pandemia mi trabajo se acabó. La señora del arriendo donde vivía me pidió la casa, prácticamente me quedé en la calle sin opciones con mi hijo”.

La falta de oportunidades y la crisis económica que han llegado muchos opitas a raíz de la pandemia del covid-19.

“Así fue como tomé la decisión de venir a buscar a mi mamá que se encuentra viviendo en la casa de mi abuela; ahí estuve casi un mes y medio, pero todos mis tíos se pusieron de acuerdo para sacarme de la casa y convencieron a mi abuela de que lo hiciera. Desde ahí quedé nuevamente sin opciones de nada: sin trabajo, sin un techo, sin nada…”, añade Francia.

Ante dicha situación, decidió ocupar un lote abandonado que está ubicado al lado de la casa de su abuela.

“Había un lote desocupado, entonces yo tomé la decisión de armar un cambuche ahí mientras tanto. Entre tejas y lona verde armé mi ‘chocita’ y ahí estoy con mi niño de ocho años”, sostuvo Francia.

Ella sentía temor de que el dueño del lote llegara en cualquier momento a sacarla porque había invadido sus terrenos; sin embargo, se llevó la gran sorpresa de que días después de instalarse en este predio, el hombre llegó y entendió su situación. Él le permitió quedarse ahí mientras conseguía un mejor lugar para vivir junto a su hijo.

Francia Villareal una mujer de 33 años de edad oriunda de Neiva, desde hace más de un año se había ido a vivir a Pitalito a buscar nuevos horizontes.

“Creo que el dueño del lote trabaja en la alcaldía y yo con ese miedo porque es un funcionario público dije: ‘Dios mío, que sea lo que él quiera. Yo me ve voy a meter ahí porque no tengo a donde más ir’. Igual, yo no iba a hacer una casa en materiales ni de dos pisos, ni nada; lo que hice fue hacer algo como para meterme con mi hijo. Hace como un mes y medio el señor estuvo por acá y él se quedó sorprendido viendo esto”, relató.

“Yo apenas lo vi, de una vez me le acerqué antes de que cualquiera hablara mal de mí. Yo le dije: ‘vecino me pasó esto y esto’. Le conté toda mi situación. Él me conoce, porque yo antes vivía por acá, toda la vida prácticamente. Entonces, le dije que atrevidamente le invadí este lote porque no sabía que más hacer, y me dijo: ‘no pues mija estese ahí hasta que usted pueda conseguir algo, lo importante es que no se me adueñe del terreno, ni me construya una casa en material, de resto no hay problema’. Fue tan buena gente, yo estoy muy agradecida con él”, detalló.

A raíz de todos los inconvenientes que ha tenido que vivir Francia con su familia y la difícil situación económica que afronta, su hijo ha tenido que recurrir a un psicólogo, y en los últimos días, también le dijeron que tenía que llevarlo donde un psiquiatra, porque el menor ha estado altamente afectado por los problemas que atraviesa junto con su madre.

“Yo le he mandado notas al alcalde Gorky para que se dé cuenta de mi situación, y para ver en qué me puede ayudar, pero realmente no he tenido ninguna respuesta por parte de él; también he mandado documentos a Prosperidad Social comentándoles lo que me estaba pasando y se supone que yo pertenezco a unos censos de Familias en Acción, sin embargo, ni siquiera he recibido ninguna ayuda humanitaria, al parecer yo ya ni aparezco en eso…”, contó.

Ella, espera que la situación le mejore para ella y su hijo pues tiene la esperanza de que el alcalde de Neiva conozca su historia.

Desde el pasado 23 de marzo, ella no ha podido acceder a subsidios del Estado y tampoco ha podido devengar. Según detalló esta madre cabeza de hogar, su situación ha sido bastante complicada.

“Mi hijo me pide y me pide comida, y yo la verdad lo que hago es bajar la cabeza porque no tengo nada más que hacer, solo lo que me quieran dar, con lo que me quieran ayudar− es bastante doloroso−. Me ha tocado pedir limosna a los vecinos cerca de mi chocita. Ahora último con lo que me he estado ayudando son con unos tapabocas que he hecho, y he estado haciendo un prebiótico a base de plantas y con eso, le he estado dando de comer a mi hijo, pero realmente el Gobierno Nacional no me da ninguna solución…”, afirmó.

“Lo perdí todo”

Además de eso la mujer manifiesta que en el año 2016 fue desplazada de su vivienda ubicada en el barrio Las Palmas de Neiva, por parte de grupos al margen de la ley. Por esta razón, decidió irse hacia Pitalito con su pequeño de 8 años de edad.

“Yo entré en un estado de shock porque yo tenía mi casa, me hospitalizaron, casi me muero. Han sido tantas cosas seguidas: llega esta pandemia, me encuentro en este estado tan delicado, tan triste, tan vulnerable”, indicó.

“He pasado también documentos para desplazados a ver si me ayudan para una casa, para mejorar mi estilo de vida y la de mi hijo, que lo tengo en estos problemas tan complicados de salud, por tanto conflicto que he tenido con mi familia; pero no he logrado nada. Lo único que me dicen es que debo tener un ahorro programado para poder acceder a un subsidio de vivienda y como yo tampoco tengo estrato psicosocial, pues tampoco puedo hacer parte de eso. Son tantas cosas que yo digo que, como no tengo plata, no tengo nada, no puedo aspirar a nada de eso, yo estoy en cero. Pueden aspirar más los venezolanos o las personas que llegan de otros países, ellos tienen más beneficios que uno que es humilde”.

Francia, anteriormente, tenía ubicado un puesto de artesanías en el malecón de Neiva, pero desde hace muchos años este lugar está un poco abandonado y desolado; por tal razón, tampoco tenía opciones para quedarse en la capital del Huila hace algunos años.

“No sé qué más hacer, me encuentro entre la espada y la pared, porque mi hijo me exige, y yo sin trabajo ni como tener recursos para darle lo que él necesita, una buena alimentación, cambiarme de vivienda, porque esto está afectando mucho a mi niño. Yo he estado al borde de la locura”.

Finalmente, espera que la situación mejore para ella y su hijo, además tiene la esperanza de que el alcalde de Neiva conozca su situación para que de alguna manera los ayude.