‘Estuve en el Infierno’: La Gorda Fabiola
En Exclusiva para PUNTO DE ENCUENTRO y DIARIO DEL HUILA la Gorda Fabiola relató el peor capítulo de su historia de vida. Al aire esta noche a partir de las 8:00 p.m. en nuestra Fan Page DIARIO DEL HUILA

Diario del Huila, Entretenimiento
La reconocida y famosa humorista colombiana Fabiola Emilia Posada Pinedo más conocida como la Gorda Fabiola de Sábado Felices, dialogó con el periodista opita Diego Pascuas para PUNTO DE ENCUENTRO y DIARIO DEL HUILA, relató su historia de vida y los capítulos más amargos y oscuros que ha tenido que afrontar, entre ellos conocer de cerca la muerte.
Fabiola nació en Santa Marta un 18 de septiembre; es Comunicadora Social y Periodista. Tiene 3 hijos, dos de su primer matrimonio y el menor es hijo del también humorista Nelson Polania más conocido como ‘Polilla’. La entrevista se grabó en el mes de febrero en el apartamento de la humorista ubicado en la ciudad de Bogotá.
Diego: ¿Cada cuánto se pega la rodadita al Huila y qué la conecta con la tierra opita?
Fabiola: Voy muy seguido por Neiva, me encanta esa tierra, además les cuento que Polilla es de por allá, él nació en Bogotá pero su familia es huilense, imaginasen los apellidos, Polania, Garzón. Exactamente son de Aipe, he ido muchas veces pero nunca me han llevado a un San Pedro.
En el año 2014 su salud se vio afectada por un tema de desnutrición que generó unas graves consecuencias y un episodio muy doloroso ¿Qué sucedió?
Cuando yo entré en coma, el único recuerdo que tengo es de haber ido a un inframundo, que hoy sé que es el infierno, con rostros feos, muy horribles, con demasiado sufrimiento, mucha gente penando, no es mentira y esto se los digo porque tengo la certeza de haber estado allá, no es delirio, mentira o invento.
¿Cómo inició esta experiencia?
Llegué a ese inframundo que es atemporal, al igual que en el cielo no existe ni el tiempo ni el espacio. Realmente no sé cuánto tiempo estuve allí, no sé si los 23 días del coma los pasé en el infierno. Cuando llego me encuentro con un hombre que me hacía sufrir mucho, tenía unos ojos demasiado negros, tenía barba, unas manos muy grandes, unos dientes perfectos con los que se burlaba de mí y me decía : “Trabajaste toda tu vida para hacer plata Fabiola y ¿De qué te sirve tú dinero acá?; ¿Quieres a tu nieta Emilia? Vamos a matar a Emilia”, y yo decía por favor no, no maten a Emilia y él me decía dame cinco millones de pesos y yo le respondía que sí, pero que me dejarán salir y se los daba. Él seguía repitiendo que iban a matar a Emilia y se escuchaban los gritos de mi nieta, fue una tortura psicológica horrible.
¿Qué pasó después?
Me hacen meter en una jaula redonda que giraba, y estando adentro me empezaron a dar unos látigos que entraban a través de las barandas de la jaula y después de que me azotaron, sangraba mucho y ya mi piel dejó de sentir dolor. Luego me dicen camina y conoce este lugar que es para ti. En medio de esto me empiezan a mostrar la película de mis malas acciones.
¿Cómo así?
Fabiola: No nos digamos mentiras, todos cometemos en algún momento malas acciones
Por ejemplo
Una vez Polilla se emborrachó y me dio tanta rabia que le escondí su billetera con todos los papales y él estaba muy preocupado. Aquel hombre me decía eso no estuvo bien y se reía. Después me dijo que recordara una vez que una señora me pidió limosna en un semáforo y no quise bajar el vidrió, él me decía: “Esa mujer ese día necesitaba su ayuda, había dejado a sus hijos encerrados, nunca había pedido dinero, y ese día lo necesitaba y tú no le diste nada”.
¿Usted que decía?
Pedía perdón, pero además de esto me mostraron todas mis malas acciones, cuando he sido chismosa, una vez que tuve una pelea con el conductor de una buseta, absolutamente todo lo malo me lo mostraron en ese lugar.
¿Cómo era ese lugar?
Como una gruta o como una cueva, la iluminación es como si fuera de antorchas, aunque yo nunca vi fuego, de pronto llegué a un abismo y vi los rostros más feos, todos sufrían, eran almas en pena y me decían que los ayudara y querían tocarme.
¿Qué hace en ese momento?
Elevé la mirada arriba y dije: “Padre celestial tan mal me he portado, que acá es donde me traes”, fue un momento de angustia muy grande.
¿Entre tanto clínicamente qué sucedía con usted?
Los médicos le dijeron a Polilla que yo no estaba respondiendo, al contrario todos los días perdía un órgano y que lo mejor era que me desconectaran, de hecho Polilla firma la autorización para que me desconecten y me dejen descansar en paz. En ese momento los médicos proceden a hacerlo.